El despertar del Dragón

Capítulo 2333



Capítulo 2333

No hay razón para tener miedo

Arán y Emiliano estaban bastante conmocionados por lo que acababan de escuchar.

—Piénsenlo, ustedes dos. ¿Prefieren trabajar conmigo y matar juntos a este inútil para que podamos repartirnos los Frutos de Conexión Espiritual, o prefieren dejar que los mate y acapare él solo los Frutos de Conexión Espiritual? —añadió Delgado.

—De acuerdo, entonces... Trabajaré contigo... —dijo Emiliano asintiendo con la cabeza.

En verdad quería matar a Jaime, y ésta era su única oportunidad de conseguirlo.

La práctica de modificación genética de la Secta Vientofuerte se consideraba poco ética, así que trabajar con la Secta del Cielo Ardiente no les afectaría demasiado.

Arán no tuvo más remedio que hacer lo mismo. NôvelD(ram)a.ôrg owns this content.

—De acuerdo. Yo también trabajaré contigo.

—¡Jajaja! ¡Esa es una sabia elección! —dijo Delgado con una risita.

—Aunque sólo hay ocho Frutos de Conexión Espiritual. ¿Cómo los repartiremos entre nosotros después de matar a Jaime? —preguntó Arán a Delgado.

—Ustedes dos pueden tener tres cada uno. Yo me conformaré con dos. Sin embargo, ¡estas antiguas ruinas se convertirán en una base para la Secta del Cielo Ardiente! —contestó Delgado.

Arán asintió satisfecho tras escuchar aquello.

—¡No hay problema!

«Los Frutos de Conexión Espiritual son el verdadero tesoro aquí. No podemos trasladar nuestra secta aquí, ¡así que de todos modos no nos sirven estas ruinas antiguas!».

La cara de Alba se llenó de miedo cuando vio que los tres bandos se aliaban contra ellos.

Por muy poderoso que fuera Jaime, pensó que no podría derrotar a una alianza tan poderosa.

—¡No puedo creer que ustedes dos confíen en las palabras de un Cultivador Demoníaco! Incluso si logran matarme, ¡no hay garantía de que les deje tener los Frutos de Conexión Espiritual! —les advirtió Jaime.

—¡Deja de intentar escapar de tu destino, Jaime! Yo sólo te quiero muerto, ¡así que ni siquiera me importa si consigo los Frutos de Conexión Espiritual o no! —replicó Emiliano.

—¡No se moleste en discutir con él, señor Carrión! Pongámonos manos a la obra y acabemos con él. Tiene que pagar por su insolencia —dijo Delgado mientras miraba a Jaime como un puñal.

Se daba cuenta de que Jaime no era un artista marcial cualquiera.

—Iba a darles la oportunidad de marcharse. Ya que decidieron ponerse del lado de un Cultivador Demoníaco, ¡la muerte es lo único que les espera! —Jaime dijo.

Emiliano soltó una carcajada al escuchar eso.

—¡Jajaja! ¡En verdad deberías evaluar tu situación antes de hablar, Jaime!

—¡Muy bien, basta de charla! ¡Acabemos con esto de una vez! —dijo Arán mientras lanzaba su brújula geomántica al aire y disparaba un rayo de luz contra Jaime.

A pesar de mostrarse confiado y tranquilo, en el fondo Jaime se sentía muy nervioso.

Aun así, no tuvo más remedio que enfrentarse a su ataque.

La Espada Matadragones brilló en su mano mientras el dragón dorado volvía a manifestarse tras él.

Jaime parecía un inmortal mientras flotaba en el aire sobre la cabeza del dragón dorado.

Arán y Emiliano, que se habían quedado atónitos ante el dragón dorado, se quedaron paralizados al verlo.

—¿Y bien? ¿Qué están esperando? ¡Ese dragón no es más que una ilusión! ¡No hay razón para tenerle miedo! —gritó Delgado.

Tras salir de su estado de aturdimiento, desencadenaron rápidamente sus respectivas auras y dirigieron a sus hombres mientras cargaban contra Jaime.

Delgado hizo un gesto a sus subordinados para que atacaran a Jaime mientras él iba tras Alba.

Jaime se quedó mirando con atención a los atacantes mientras les disparaba incontables ondas de energía de espada con la Espada Matadragones.

Por su parte, el dragón dorado que estaba detrás de él golpeó el aire con la cola y derribó a dos artistas marciales con una ráfaga de viento.

Así, Jaime y el dragón dorado se enfrentaron a docenas de hombres al mismo tiempo.


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