El despertar del Dragón

Capítulo 2332

Trabajar juntos

Los dos salieron volando por la luz antes incluso de que se dieran cuenta de lo que estaba pasando. Los discípulos de la Secta Vientofuerte y de la Secta de la Estrella Voladora, fueron atravesados por la luz y murieron en el acto.

Emiliano y Arán tenían un aspecto sombrío.

«No sólo nuestro ataque combinado no consiguió matar a Jaime, ¡sino que incluso consiguió matar a muchos de nuestros hombres en el proceso!».

Jaime les lanzó una mirada amenazadora.

—Les di la oportunidad de marcharse, pero todos insistieron en luchar contra mí. Entonces, no me culpen si acaban muriendo aquí.

La comisura de los párpados de Arán y Emiliano se crispó en ese momento. Ninguno de los dos había esperado que las cosas acabaran así.

Para entonces ya tenían claro que no podían derrotar a Jaime, pero tampoco querían rendirse y marcharse sin más.

Eso los puso en un dilema.

Justo cuando Emiliano y Arán no sabían qué hacer, alguien se echó a reír por detrás.

—¡Jajaja! Pensar que Emiliano de la Secta Vientofuerte y Arán de la Secta de la Estrella Voladora tendrían miedo de un don nadie ajeno al reino oculto... ¡Esto sería la broma del siglo si se corriera la voz!

Todos se giraron y vieron a unos cuantos individuos poderosos vestidos con ropas similares que se abrían paso. Todos ellos eran al menos Dioses de las Artes Marciales de Nivel Tres.

—¿Secta del Cielo Ardiente?

Emiliano y Arán se quedaron helados al darse cuenta de quiénes eran esas personas.

La mirada de Luol cambió al instante.

—¡Delgado! —gritó mientras corría hacia el hombre que lideraba el grupo.

Delgado frunció un poco el ceño sorprendido al ver a Luol.

—¿Luol? ¿Estás vivo? No puedo creer que hayas llegado hasta aquí.

—Me capturaron vivo porque no era lo bastante poderoso como para considerarme una amenaza... — Luol respondió nervioso con la cabeza gacha.

No se atrevía a decirles que había llegado hasta ahí porque se había sometido a Jaime.

Aunque Jaime le había dado una píldora venenosa, Luol no se atrevía a ponerse de su lado en lo más mínimo en ese momento.

—¡Ve a esconderte atrás, pedazo de basura despreciable! —dijo Delgado con una mirada desdeñosa. Luego les dedicó una sonrisa a Emiliano y Arán—. Hola, señores Lindor y Carrión. Cuánto tiempo, ¿eh?

Delgado actuaba como si los conociera muy bien.

Emiliano y Arán guardaron silencio, con los rostros contorsionados.

Al final, Arán fue el primero en romper el silencio.

—¿No estuvo desaparecida la Secta del Cielo Ardiente durante muchos años? ¿Qué hacen hoy aquí?

Delgado soltó una sonora carcajada.

—¿Desaparecida? Nunca estuvimos desaparecidos, fíjate. Hemos estado en las montañas Kazillion todo este tiempo.

—¿Están aquí por las antiguas ruinas del Palacio de Narciso? —preguntó Emiliano.

Delgado decidió tomar la iniciativa y sugirió que trabajaran juntos.

—¿No es obvio? ¿Qué otra cosa podría estar haciendo aquí? Aunque no me importa ayudarles a matar a ese inútil. Los tres podemos repartirnos los Frutos de Conexión Espiritual después.

La Secta del Cielo Ardiente practicaba el Cultivo Demoníaco, y Emiliano se había aliado con Arán. Si Jaime atacaba a Delgado con ellos, bien podrían matar a todos los hombres de la Secta del Cielo Ardiente con facilidad.

Por ello, Delgado decidió aprovechar el conflicto entre ellos y Jaime y formar rápido una alianza.

Como estaba prohibido que las sectas del reino oculto trabajaran con Cultivadores Demoníacos, Arán y Emiliano dudaron en aliarse con Delgado. © 2024 Nôv/el/Dram/a.Org.

—¡Emiliano! ¡Arán! Ustedes dos son miembros de sectas del reino oculto. ¡Todo el mundo irá por ustedes si trabajan con Cultivadores Demoníacos! —Alba les advirtió.

«¡Jaime y yo nos vamos a meter en un buen lío si se alían!».

Delgado se echó a reír.

—¡Jajaja! ¡Ni te molestes en intentar disuadirlos! Llevamos bastante tiempo trabajando con sectas de reinos ocultos. La Secta Alquímica siempre ha sido nuestra aliada, ¡y también poseemos una gran parte de los recursos de la Secta Luminosa!