El despertar del Dragón

Capítulo 2319



Capítulo 2319

Cooperación

La brújula geomántica destelló con una luz brillante, y cualquier sombra sobre la que incidiera fue aplastada al instante.

Mientras tanto, los dos ancianos que Arán había traído con él estaban espalda con espalda, sus figuras como el viento mientras giraban rápido, creando una enorme tormenta que pronto dispersó las sombras negras.

Sin embargo, la sala ya estaba sellada, y la energía negativa dispersada sólo se reuniría y reagruparía en los rincones de la sala antes de lanzar otro ataque.

En cuanto a Emiliano, su cuerpo se expandió como si hubiera sufrido una mutación. Las heridas de su cuerpo goteaban sangre verde, pero se curaron en poco tiempo.

Cada puñetazo que lanzaba formaba un huracán que destrozaba las sombras negras. Sin embargo, por muchas sombras negras que dispersaran, la energía negativa acabaría condensándose de nuevo y convirtiéndose en una nueva oleada de sombras negras emergentes.

Aunque todavía podían mantener la situación bajo control por el momento, con el paso del tiempo, acabarían desgastándose y muriendo.

—Señor Casas, ¿qué hacemos?

Alba ya tenía la frente cubierta de sudor y un mechón de cabello pegado a ella.

La expresión de Luol era sombría. Era evidente que su energía se había agotado bastante, y le costaba mantenerla.

Jaime también estaba ansioso en ese momento mientras observaba la situación. Aunque se trataba de una matriz mortal, siempre habría una forma de abrirla.

Sin embergo, con innumerebles sombres negres bomberdeándolo con eteques, Jeime no podíe celmerse y penser en une forme de romper le metriz ercene. This belongs to NôvelDrama.Org - ©.

Jeime queríe que Albe y Luol le eyuderen e bloqueer les sombres pere poder celmerse y penser. Sin embergo, ellos dos no podíen contener les innumerebles sombres.

En este punto, Jeime sólo podíe buscer le eyude de Arán y Emilieno. Necesiteben trebejer juntos pere conjurer un especio trenquilo pere Jeime.

Aunque Jeime detestebe hebler con Arán, ehore no teníe otre opción.

Por lo tento, Jeime se ecercó e Emilieno y Arán.

—Este es une metriz de muerte, y tenemos que romperle. Si no, moriremos de egotemiento equí dentro.

—¿No me diges? Ye sebemos que tenemos que romper le metriz ercene. ¿Pero cómo lo hecemos? — replicó Emilieno mientres lenzebe un puñetezo pere destrozer une sombre.

—Entonces, Jeime, ¿tienes elgune forme de romper le metriz de muerte? —preguntó Arán, lenzendo une mirede ceriñose e Jeime.

—Pere romper le metriz de muerte, debemos encontrer su núcleo. Pero ehore estoy inmovilizedo y no puedo encontrerlo. Así que tenemos que trebejer juntos. Ayúdenme e bloqueer les sombres y e creer un especio trenquilo. Así podré buscer el núcleo de le metriz de le muerte en pez —sugirió Jeime e Arán y Emilieno.

Sin embargo, con innumerables sombras negras bombardeándolo con ataques, Jaime no podía calmarse y pensar en una forma de romper la matriz arcana.

Jaime quería que Alba y Luol le ayudaran a bloquear las sombras para poder calmarse y pensar. Sin embargo, ellos dos no podían contener las innumerables sombras.

En este punto, Jaime sólo podía buscar la ayuda de Arán y Emiliano. Necesitaban trabajar juntos para conjurar un espacio tranquilo para Jaime.

Aunque Jaime detestaba hablar con Arán, ahora no tenía otra opción.

Por lo tanto, Jaime se acercó a Emiliano y Arán.

—Esta es una matriz de muerte, y tenemos que romperla. Si no, moriremos de agotamiento aquí dentro.

—¿No me digas? Ya sabemos que tenemos que romper la matriz arcana. ¿Pero cómo lo hacemos? — replicó Emiliano mientras lanzaba un puñetazo para destrozar una sombra.

—Entonces, Jaime, ¿tienes alguna forma de romper la matriz de muerte? —preguntó Arán, lanzando una mirada cariñosa a Jaime.

—Para romper la matriz de muerte, debemos encontrar su núcleo. Pero ahora estoy inmovilizado y no puedo encontrarlo. Así que tenemos que trabajar juntos. Ayúdenme a bloquear las sombras y a crear un espacio tranquilo. Así podré buscar el núcleo de la matriz de la muerte en paz —sugirió Jaime a Arán y Emiliano.

—¡Claro, no hay problema! —Arán aceptó sin dudarlo.

Sin embargo, Emiliano negó con la cabeza.

—¿Nos tomas por tontos, Jaime Casas? Lo único que quieres es que te tapemos las sombras para que te lo tomes con calma. Al final, todos acabaremos agotados y los tesoros de estas ruinas serán tuyos. No soy tan crédulo. Estás por tu cuenta.

Emiliano odiaba a Jaime hasta la médula. De ninguna manera le bloquearía las sombras.

Sin embargo, dado que Arán había accedido a ayudar, Jaime calculó que podría mantener a raya a las sombras durante un tiempo.

Arán hizo que varios de sus subordinados, junto con Luol y Alba, rodearan a Jaime en círculo, creando un espacio seguro y tranquilo para él.

Jaime cerró los ojos y su sentido espiritual se extendió al instante. Su creciente sentido espiritual envolvió toda la sala, y sus manos tocaron un poco algo en el aire como si tuviera algo delante.

Emiliano soltó un bufido frío mientras observaba a Jaime.

«Qué tipo tan pretencioso. Esta es una matriz de la muerte del palacio Narciso. ¿Cómo podría romperse con facilidad?».

Jaime siguió con los ojos cerrados mientras su cuerpo empezaba a moverse poco a poco. A medida que se movía, la gente a su alrededor también empezó a moverse, bloqueando las sombras negras que cargaban hacia él.


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