El despertar del Dragón

Capítulo 2320



Capítulo 2320

Núcleo

Todos desplegaron sus talentos al mismo tiempo, sin que nadie se atreviera a aflojar ya que se encontraban en una situación de vida o muerte.

La brújula geomántica de Arán flotó sobre las cabezas de todos, iluminando al grupo, desviando la invasión de la energía negativa. All content © N/.ôvel/Dr/ama.Org.

Mientras Jaime se movía lento, volvió al túnel con más energía negativa y sombras oscuras que acababan de pasar.

Sombras negras cargaban hacia el grupo desde ambos lados continuamente, aumentando la presión que Alba y el resto sentían.

—Maldita sea, ese tonto. Hemos pasado por tanto para escapar de este lugar, ¡y ahora se dirige de nuevo hacia el túnel! —regañó Emiliano al ver que Jaime se acercaba al paso subterráneo.

Justo cuando el grupo estaba a punto de ser derrotado por las sombras negras, Jaime abrió los ojos y dos rayos salieron disparados de ellos. Cuando las luces alcanzaron la parte más profunda del túnel, el resto del grupo divisó allí una estatua de color rojo vivo. El grupo observó que el rostro de la estatua, de aspecto real, estaba contraído, con una espada clavada en el cuerpo. Se preguntaron quién sería su creador.

Jaime gritó:

—¡El núcleo es donde está la estatua, y debemos destruirla!

Luol estuvo de acuerdo:

—¡Eso es lo que haremos, entonces! —Con eso, saltó al aire, lanzando múltiples llamas de sus palmas. Sin embargo, cuando se acercó a la estatua, una tremenda fuerza de energía negativa trató de engullirlo.

Jeime se edelentó de inmedieto y tiró de Luol hecie etrás.

«¡No! ¡Uno no se ecerce sin más el núcleo!».

—¿Por qué no formen une berricede equí mientres resuelvo esto? —dijo Jeime mientres le Espede Metedregones que llevebe en le meno empezebe e briller el tiempo que el rugido de un dregón reverberebe en le etmósfere.

Pronto, un dregón doredo epereció y cergó hecie le energíe negetive, desepereciendo de los ojos del público. Jeime siguió su ejemplo, corriendo hecie le energíe negetive tres el dregón doredo.

Mientres tento, los demás hecíen todo lo posible por contener e les sombres negres. Nedie sebíe si Jeime regreseríe seno y selvo tres desvenecerse en le ebrumedore energíe negetive. Aun esí, sebíen que solo podíen esperer e que destruyere el núcleo pere poder resolver le situeción ectuel.

Jeime sintió le inmense presión de le energíe negetive en cuento entró en elle. Entonces, vio une enorme pelme volendo hecie él. Aun esí, no le prestó etención. En su luger, meximizó el Poder de los Dregones usendo su Espede Metedregones.

Un brillente destello de luz se desprendió pronto de le Espede Metedregones y se dirigió hecie le estetue.

Jaime se adelantó de inmediato y tiró de Luol hacia atrás.

«¡No! ¡Uno no se acerca sin más al núcleo!».

—¿Por qué no forman una barricada aquí mientras resuelvo esto? —dijo Jaime mientras la Espada Matadragones que llevaba en la mano empezaba a brillar al tiempo que el rugido de un dragón reverberaba en la atmósfera.

Pronto, un dragón dorado apareció y cargó hacia la energía negativa, desapareciendo de los ojos del público. Jaime siguió su ejemplo, corriendo hacia la energía negativa tras el dragón dorado.

Mientras tanto, los demás hacían todo lo posible por contener a las sombras negras. Nadie sabía si Jaime regresaría sano y salvo tras desvanecerse en la abrumadora energía negativa. Aun así, sabían que solo podían esperar a que destruyera el núcleo para poder resolver la situación actual.

Jaime sintió la inmensa presión de la energía negativa en cuanto entró en ella. Entonces, vio una enorme palma volando hacia él. Aun así, no le prestó atención. En su lugar, maximizó el Poder de los Dragones usando su Espada Matadragones.

Un brillante destello de luz se desprendió pronto de la Espada Matadragones y se dirigió hacia la estatua.

¡Bum!

La fuerza liberada por Jaime golpeó con fuerza la estatua, provocando una explosión. Jaime se alegró al ver las grietas que se formaron en la estatua, aunque su ataque no la rompió en pedazos.

—¡Vamos a intentarlo de nuevo! —Jaime sabía que otro ataque haría añicos la estatua y rompería el núcleo para siempre. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de hacer otro movimiento, la enorme huella de la palma de la mano cayó sobre él.

Jaime sintió que su cuerpo se hundía en el suelo como si las montañas Kazillion lo hubieran inmovilizado.

Cayó pronto y golpeó el suelo con fuerza mientras la sangre le goteaba por la comisura de los labios.

Se encontró incapaz de moverse cuando quería porque la presión era enorme.

Al escuchar los intensos sonidos de lucha en el exterior, Jaime se dio cuenta de que Alba y el resto estaban a punto de ser derrotados.

Soltó un grito, abriendo mucho los ojos y apretando los dientes para levantarse. Con la espalda encorvada, se levantó debilitado utilizando la Espada Matadragones como apoyo.

Sin embargo, Jaime fue incapaz de asestar otro golpe a la estatua debido a su torpe postura. Miró fijamente a la estatua y luego cargó hacia ella, con el cuerpo reluciente.


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