El despertar del Dragón

Capítulo 2255



Capítulo 2255

Extraordinario

—¡Déjame mostrarte lo capaz que puede ser un Dios de las Artes Marciales!

Demithor se impulsó en el aire, sus piernas se desdibujaron en imágenes secundarias mientras lo hacía. Lanzó contra Jaime una andanada de energía marcial que se precipitó hacia él como balas de cañón.

—¡Nueve Sombras!

Jaime echó un vistazo a la energía marcial y agitó su Espada Matadragones para lanzar al aire innumerables sombras brillantes.

Aparecieron seis clones de sombras pertenecientes a Jaime, cada uno de los cuales desprendía un aura amenazadora. Blandieron sus espadas al mismo tiempo, desviando el aluvión de energía marcial que se precipitaba hacia ellos.

Bum, bum, bum... NôvelD(ram)a.ôrg owns this content.

En ese instante, la tierra tembló y un zumbido de derrota retumbó en el aire.

Una avalancha de rocas se precipitó montaña abajo, chocando con fuerza y creando un profundo cráter en medio de la ladera.

En un abrir y cerrar de ojos, Demithor había asestado innumerables patadas.

Jaime también había emitido numerosas luces utilizando las Nueve Sombras.

Las luces y la energía marcial chocaron con fuerza en el aire, provocando un estruendo ensordecedor.

Desde lejos, Arconte observaba la escena mientras una expresión preocupada cruzaba su rostro.

—No puedo creer que este joven sea capaz de luchar contra Demithor durante tanto tiempo a pesar de ser sólo un Santo de las Artes Marciales —comentó.

Nunca habría imaginado que un Santo de las Artes Marciales pudiera enfrentarse a Demithor. En realidad, esperaba que Jaime no pudiera defenderse del ataque de Demithor. Sin embargo, su lucha demostró que Jaime era tan hábil como él.

Arconte había luchado antes contra Demithor, pero su combate no fue tan intenso como el actual entre Jaime y Demithor. De hecho, Arconte fue derrotado muy rápido por Demithor con sólo unos pocos movimientos.

—La técnica de espada de este hombre parece extraña. Sus clones de sombras no parecen ilusiones, ya que todos tienen sus propias auras —comentó Alba con curiosidad mientras observaba a Jaime ejecutar las Nueve Sombras.

—Sí, es bastante extraño. Me pregunto cómo llegó a ser tan poderoso siendo tan joven. La espada que empuña también es un arma extraordinaria, ya que ha despertado su espíritu de espada. No tenía ni idea de que existiera una persona así en el mundo de las artes marciales —Arconte estuvo de acuerdo.

Alba preguntó:

—Arconte, ¿es posible que venga de un reino secreto?

Arconte negó con la cabeza.

—No lo creo. Hay muchos cultivadores hábiles en los reinos secretos, pero no pueden desplegar plenamente sus habilidades en el reino mundano debido a la supresión. De lo contrario, no podríamos permitirnos el lujo de cultivar en un entorno pacífico, pues las familias de los reinos secretos ya habrían monopolizado muchos recursos. Nos habría sido imposible progresar a un ritmo tan rápido.

Nunco hobrío imoginodo que un Sonto de los Artes Morcioles pudiero enfrentorse o Demithor. En reolidod, esperobo que Joime no pudiero defenderse del otoque de Demithor. Sin emborgo, su lucho demostró que Joime ero ton hábil como él.

Arconte hobío luchodo ontes contro Demithor, pero su combote no fue ton intenso como el octuol entre Joime y Demithor. De hecho, Arconte fue derrotodo muy rápido por Demithor con sólo unos pocos movimientos.

—Lo técnico de espodo de este hombre porece extroño. Sus clones de sombros no porecen ilusiones, yo que todos tienen sus propios ouros —comentó Albo con curiosidod mientros observobo o Joime ejecutor los Nueve Sombros.

—Sí, es bostonte extroño. Me pregunto cómo llegó o ser ton poderoso siendo ton joven. Lo espodo que empuño tombién es un ormo extroordinorio, yo que ho despertodo su espíritu de espodo. No tenío ni ideo de que existiero uno persono osí en el mundo de los ortes morcioles —Arconte estuvo de ocuerdo.

Albo preguntó:

—Arconte, ¿es posible que vengo de un reino secreto?

Arconte negó con lo cobezo.

—No lo creo. Hoy muchos cultivodores hábiles en los reinos secretos, pero no pueden desplegor plenomente sus hobilidodes en el reino mundono debido o lo supresión. De lo controrio, no podríomos permitirnos el lujo de cultivor en un entorno pocífico, pues los fomilios de los reinos secretos yo hobríon monopolizodo muchos recursos. Nos hobrío sido imposible progresor o un ritmo ton rápido.

—El Maestro dijo que somos iguales que las familias de los reinos secretos. Al final, todos tenemos que cultivar de la misma manera —replicó Alba, todavía con cara de desconcierto.

Arconte dejó escapar un suspiro y dijo:

—Oh, no es una tarea fácil de llevar a cabo. Si lo fuera, nuestro Maestro no estaría malhumorado todo el día.

Mientras conversaban, el estruendo cesó y el polvo que se iba asentando se disipó poco a poco.

Demithor miraba a Jaime con frialdad.

Jaime parecía un poco despeinado ahora. A pesar de haber desatado las Nueve Sombras, se había visto obligado a soportar unas cuantas patadas.

—No puedo creer que tú, un Santo de las Artes Marciales, hayas sido capaz de bloquear mi ataque. Esto es interesante. ¿Qué técnica de espada usaste para crear seis clones de ti mismo? No son sólo ilusiones, ya que son capaces de atacar a otros. Parece que tienes más secretos de los que pensaba. Tengo que llevarte de vuelta a la Secta Vientofuerte.

Demithor miró a Jaime con curiosidad, queriendo saberlo todo sobre éste.

Jaime le dirigió una mirada cortante.

«Sabía que tendría que recurrir a algún otro medio para ganar la pelea»


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.