El despertar del Dragón

Capítulo 2254



Capítulo 2254

Todos contra mí

—¡Maldita sea! ¡Tras él! —bramó Demithor furioso, yendo tras Jaime con sus hombres.

Alba se volvió hacia Arconte y le preguntó:

—¿Qué hacemos?

—Nosotros también le damos caza. No podemos dejar que la Secta Vientofuerte se lo lleve. Después de todo, es un Cultivador Demoníaco. Si la Secta Vientofuerte pone sus manos en él, seguramente lo utilizará. No podemos permitir que el Cultivo Demoníaco resurja de sus cenizas. —Tras decir esto, Arconte se lanzó al aire con la espada en la mano y corrió también tras Jaime.

Mientras tanto, Jaime concentraba su campo de elixir y energía espiritual en sus pies para poder correr tan rápido como el viento.

Sin embargo, a pesar de su velocidad, Demithor era igual de rápido y lo estaba alcanzando.

—Que la Secta Vientofuerte se fije en tu talento será lo mejor para ti, así que ¿por qué huyes? Mientras hagas lo que te digo, la secta no te causará ningún problema. —Demithor llamó a Jaime por detrás.

Quería llevarse a Jaime con él para estudiarlo.

«Quiero saber qué hizo para atraer una energía de fe tan increíble. Y luego está su Cultivo Demoníaco que permite a uno mejorar sus poderes absorbiendo los de otro. ¡Esa también es una técnica que en verdad deseo!».

—¡Ya te he dicho que todo eso no me interesa! —Jaime siguió corriendo hacia delante con todas sus fuerzas. ¡No se fiaba en absoluto de las palabras de Demithor!

—¡Hmph! Como Dios de las Artes Marciales, sería una desgracia si te dejara escapar a ti, un insignificante Santo de las Artes Marciales.

Con eso, Demithor saltó en el aire y aterrizó frente a Jaime, bloqueándole el paso.

Jaime no tuvo más remedio que detenerse de golpe al ver aquello. Miró a Demithor con recelo.

En ese momento, los otros discípulos de la Secta Vientofuerte los alcanzaron y al instante rodearon a Jaime.

Contemplándolos, Jaime supo que aquel día tendría pocas posibilidades de escapar.

—Me estás diciendo que, como secta oculta, ¿lo único que se le da bien a la Secta Vientofuerte es atacar a los demás? Si tienes agallas, luchemos uno contra uno.

Comprendió que huir ya no era posible, y que la única opción era luchar. Por lo tanto, planeó provocar a Demithor para que se enfrentara a él en un combate uno contra uno.

«No tengo esperanzas de ganar si deciden atacarme juntos».

—¿Por qué tendría que recurrir a atacar en grupo a alguien como tú? Conmigo solo es más que suficiente —replicó Demithor con un bufido. Luego dijo a sus subordinados—: Los demás pueden retirarse. Dejen que me ocupe de este mocoso.

Los demás asintieron. Retrocedieron y se agruparon a un lado. Al ver eso, Jaime no perdió tiempo y sacó su Espada Matadragones y activó el Cuerpo de Golem, llevando su aura al límite.

La Espada Matadragones emitió un zumbido, y una figura sombría se materializó. ¡Jaime también había invocado al espíritu de la espada!

Con eso, Demithor soltó en el oire y oterrizó frente o Joime, bloqueándole el poso.

Joime no tuvo más remedio que detenerse de golpe ol ver oquello. Miró o Demithor con recelo. NôvelDrama.Org owns this text.

En ese momento, los otros discípulos de lo Secto Vientofuerte los olconzoron y ol instonte rodeoron o Joime.

Contemplándolos, Joime supo que oquel dío tendrío pocos posibilidodes de escopor.

—Me estás diciendo que, como secto oculto, ¿lo único que se le do bien o lo Secto Vientofuerte es otocor o los demás? Si tienes ogollos, luchemos uno contro uno.

Comprendió que huir yo no ero posible, y que lo único opción ero luchor. Por lo tonto, ploneó provocor o Demithor poro que se enfrentoro o él en un combote uno contro uno.

«No tengo esperonzos de gonor si deciden otocorme juntos».

—¿Por qué tendrío que recurrir o otocor en grupo o olguien como tú? Conmigo solo es más que suficiente —replicó Demithor con un bufido. Luego dijo o sus subordinodos—: Los demás pueden retirorse. Dejen que me ocupe de este mocoso.

Los demás osintieron. Retrocedieron y se ogruporon o un lodo. Al ver eso, Joime no perdió tiempo y socó su Espodo Motodrogones y octivó el Cuerpo de Golem, llevondo su ouro ol límite.

Lo Espodo Motodrogones emitió un zumbido, y uno figuro sombrío se moteriolizó. ¡Joime tombién hobío invocodo ol espíritu de lo espodo!

«Sé que tengo que emplearme a fondo en la lucha contra Demithor. ¡Lo mejor sería derrotarlo de un solo golpe!».

Los ojos de Demithor brillaron de codicia mientras miraba la espada en manos de Jaime.

—Puede que no seas muy poderoso, pero seguro que tienes muchos objetos mágicos. Sin embargo, todos ellos pronto serán míos.

Apenas dijo eso, corrió hacia Jaime a una velocidad imposible.

Su velocidad era tan asombrosa que Jaime sólo tuvo tiempo de percibir una figura pasar a su lado antes de que Demithor apareciera ante sus propios ojos.

Por instinto Jaime blandió su espada. Una serie de rugidos de dragón hendieron el aire y una luz cegadora salió disparada del arma.

Demithor no sólo no intentó evitar la luz, sino que incluso le propinó una rápida patada, enviando una masa de energía marcial condensada que chocó directo con la luz de la espada.

¡Bum!

Hubo una explosión ensordecedora y las réplicas provocaron una lluvia de escombros.

Jaime se vio obligado a retroceder varios pasos, y pudo sentir cómo la Espada Matadragones temblaba en su mano.

En cuanto a Demithor, aterrizó frente a Jaime con los labios curvados en una mueca de desprecio.

Jaime frunció las cejas.

«Estoy blandiendo Espada Matadragones y ya he utilizado los poderes del espíritu de la espada, pero aún no tengo ventaja. ¡La fuerza de Demithor es extraordinaria!»


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