Capítulo 443
Capítulo 443
que
-Claro, claro, esta noche regresamos y no tendremos que quedarnos más en el hospital.
Mientras el avión cruzaba el océano de nuevo, Roman acariciaba la foto de la chica había llevado consigo durante medio año, la imagen ya casi borrada por el uso. Su corazón latía con fuerza, agitado por el intenso anhelo y la cercanía que se reducia con cada kilómetro.
Extrañaba a su Nea, la extrañaba muchisimo.
Durante medio año, no hubo un momento en que no pensara en ella. Finalmente, iba a verla de nuevo, pero de una apariencia completamente nueva.
Esta vez, no permitiría que nada los separara.
Después de recuperarse, Nerea volvió a ser la de antes bastante rápido, recordando a su hermano Miguel, pero con un trozo de su memoria como si estuviera permanentemente sellado. No importaba cuánto preguntaran sus familiares sobre quién esperaba ese día y por qué lloraba tan desconsoladamente, ella simplemente se encogía de hombros, confundida, sin saber de qué hablaban. NôvelDrama.Org owns © this.
Para asegurarse de que siempre tuviera compañía y prevenir otro episodio de fiebre o amnesia, la familia Carris adoptó a una niña del orfanato, Amapola. Temiendo que los malos recuerdos y el daño pudieran ser provocados nuevamente por el entorno, también la trasladaron de la Escuela Primaria de Los Reyes a la Escuela Real del Atlantis.
-¡Nere, Nere!
-¿Escuchaste? Llegó un nuevo estudiante a la escuela, es el famoso heredero del conglomerado Dazz, se llama Roman, con un estatus mega alto y una familia mega rica, y lo más importante… jes mega guapo!
Una amiga corrió hacia ella sin aliento para compartir el chisme. Nerea no mostró mucho interés hasta que escuchó -mega guapo-, momento en el cual sus ojos se iluminaron de inmediato.
-¿En serio?
-¡Totalmente! Ahora mismo está en la oficina inscribiéndose, y hay un montón de
estudiantes mirando. ¡Vamos a ver!
-¡Vamos, Amapola!
Nerea tomó de la mano a Amapola y corrió, pero Samson las detuvo.
-Nerea, ¡no vayas!
-¿Por qué no?
-Porque…
Justo había visto a Roman en la puerta de la oficina. Su apariencia, carisma y manera de actuar eran excepcionales, atraía a un montón de fanáticas con solo mostrar su perfil. Sabía que si Nerea lo veía, seguro le gustaría.
Le gustaba Nerea, y sus padres le habían insistido mucho en que debía ganarse su afecto, siguiéndola a todas partes.
Le había costado mucho tiempo y esfuerzo, pero finalmente, gracias a Amapola, logró ser su amigo. No iba a permitir que alguien más le quitara el puesto tan fácilmente.
-¿No has oído? A su corta edad, mató a su propia madrastra.
-¿Qué?– Nerea se alarmó al escuchar -mató-, sus ojos color ámbar se abrieron de par en par, ¿En serio?
-¡Claro! Esa noticia se esparció hace medio año, hasta tus padres deben saberlo. ¡Pregúntales si no me crees!
Samson, temiendo que no le creyera, apretó los puños y empezó a inventar mentiras.
-Además, es amigo de Emilio, vino a Atlantis justamente por él. Hace poco los vi jugando con serpientes detrás de la escuela.
Al oír–serpientes-, Nerea palideció.
No le temía a nada, excepto a las serpientes de piel moteada…
Hace medio año, cuando llegó a la escuela Atlantis, un chico llamado Emilio la seguía por todas partes, insistiendo en ser su amigo.
No le agradaba, así que lo ignoraba, pero él, ofendido, empezó a intimidarla de formas cada vez más perversas, desde pegarle notitas hasta llamarla con apodos, y finalmente, usar serpientes pequeñas para asustarla, haciéndola llorar.
Emilio era un loco, y un amigo suyo que jugaba con serpientes, ¡seguro también era un chico problemático!