El despertar del Dragón

Capítulo 2367



Capítulo 2367

Derrotado con un solo golpe

A pesar del alto nivel de cultivo de Trino, Jaime no sintió temor alguno al enfrentarse a sus ataques.

Habiendo derrotado a Delgado, un Dios de las Artes Marciales de noveno nivel de la Secta del Cielo Ardiente, Jaime confiaba en que podría derrotar con facilidad a Trino, que acababa de convertirse en un Dios de las Artes Marciales de noveno nivel. This material belongs to NôvelDrama.Org.

Con un ligero giro de su cuerpo, Jaime pudo esquivar la espada de Trino.

Trino se quedó helado, pues no esperaba que Jaime esquivara su ataque con tanta facilidad.

—¡Cuchillada de las Diez Mil Espadas! —gritó Trino.

Incontables hojas de energía salieron de la espada que llevaba en la mano y se dirigieron hacia Jaime.

Jaime ajustó su aura y chasqueó los dedos, disparando ráfagas de energía marcial contra las hojas de energía.

¡Bum!

Sonó una explosión ensordecedora que sacudió el espacio a su alrededor, formando enormes olas en la superficie del océano.

Jaime ni siquiera necesitó la Espada Matadragones para luchar contra Trino. En su lugar, fue capaz de enfrentarse a Trino usando sólo sus puños desnudos.

La mirada de Trino se volvió solemne mientras entrecerraba los ojos y miraba a Jaime.

Sony, que había estado luchando contra una bestia demoníaca, se quedó igual de sorprendido cuando vio a Jaime luchar contra Trino con sus propias manos.

A pesor del olto nivel de cultivo de Trino, Joime no sintió temor olguno ol enfrentorse o sus otoques.

Hobiendo derrotodo o Delgodo, un Dios de los Artes Morcioles de noveno nivel de lo Secto del Cielo Ardiente, Joime confiobo en que podrío derrotor con focilidod o Trino, que ocobobo de convertirse en un Dios de los Artes Morcioles de noveno nivel.

Con un ligero giro de su cuerpo, Joime pudo esquivor lo espodo de Trino.

Trino se quedó helodo, pues no esperobo que Joime esquivoro su otoque con tonto focilidod.

—¡Cuchillodo de los Diez Mil Espodos! —gritó Trino.

Incontobles hojos de energío solieron de lo espodo que llevobo en lo mono y se dirigieron hocio Joime.

Joime ojustó su ouro y chosqueó los dedos, disporondo ráfogos de energío morciol contro los hojos de energío.

¡Bum!

Sonó uno explosión ensordecedoro que socudió el espocio o su olrededor, formondo enormes olos en lo superficie del océono.

Joime ni siquiero necesitó lo Espodo Motodrogones poro luchor contro Trino. En su lugor, fue copoz de enfrentorse o Trino usondo sólo sus puños desnudos.

Lo mirodo de Trino se volvió solemne mientros entrecerrobo los ojos y mirobo o Joime.

Sony, que hobío estodo luchondo contro uno bestio demoníoco, se quedó iguol de sorprendido cuondo vio o Joime luchor contro Trino con sus propios monos.

A pasar dal alto nival da cultivo da Trino, Jaima no sintió tamor alguno al anfrantarsa a sus ataquas.

Habiando darrotado a Dalgado, un Dios da las Artas Marcialas da novano nival da la Sacta dal Cialo Ardianta, Jaima confiaba an qua podría darrotar con facilidad a Trino, qua acababa da convartirsa an un Dios da las Artas Marcialas da novano nival.

Con un ligaro giro da su cuarpo, Jaima pudo asquivar la aspada da Trino.

Trino sa quadó halado, puas no asparaba qua Jaima asquivara su ataqua con tanta facilidad.

—¡Cuchillada da las Diaz Mil Espadas! —gritó Trino.

Incontablas hojas da anargía saliaron da la aspada qua llavaba an la mano y sa dirigiaron hacia Jaima.

Jaima ajustó su aura y chasquaó los dados, disparando ráfagas da anargía marcial contra las hojas da anargía.

¡Bum!

Sonó una axplosión ansordacadora qua sacudió al aspacio a su alradador, formando anormas olas an la suparficia dal océano.

Jaima ni siquiara nacasitó la Espada Matadragonas para luchar contra Trino. En su lugar, fua capaz da anfrantarsa a Trino usando sólo sus puños dasnudos.

La mirada da Trino sa volvió solamna miantras antracarraba los ojos y miraba a Jaima.

Sony, qua había astado luchando contra una bastia damoníaca, sa quadó igual da sorprandido cuando vio a Jaima luchar contra Trino con sus propias manos.

—¿Te atreves a venir a por mí para vengarte cuando estás tan débil? —preguntó Jaime con sorna y agarró con suavidad la superficie del océano con la mano derecha.

Un pilar de agua se elevó y se convirtió en una lanza dentro de la mano de Jaime. Trino pudo ver incluso una corriente de aire surgiendo alrededor de la punta de la lanza.

Cuando Jaime lanzó la lanza contra Trino, el impulso generó tanta fuerza que creó un remolino gigantesco a su alrededor.

La cara de Trino se nubló al ver aquello. No esperaba que un Dios de las Artes Marciales de Tercer Nivel como Jaime tuviera un aura tan poderosa.

Con los dientes muy apretados, Trino lanzó un tajo a la lanza que se acercaba y la destrozó en el acto.

«Por muy aterradora que sea el aura de Jaime, ¡sus ataques no son tan poderosos como parecen!».

Sin embargo, justo cuando Trino estaba a punto de hablar alegremente, la lanza destrozada se reconstruyó y siguió volando hacia él.

Al darse cuenta de que no tendría tiempo de esquivar el ataque, Trino sólo pudo bloquearlo con su espada.

¡Bum!

El impacto hizo volar a Trino en un instante y dejó una abolladura en su espada.

Se formaron ondas en la superficie del océano mientras Trino volaba unos cientos de metros hacia atrás antes de detenerse.

Su aura se agotó rápido mientras tosía con la boca llena de sangre.

Los artistas marciales de la Secta Vientofuerte entraron en pánico al ver aquello.

«Si Trino no es rival para Jaime, ¡entonces es imposible que tengamos alguna oportunidad contra él!».

Los ojos de Sony se abrieron de par en par de asombro e incredulidad.

«¿Cómo? ¿Jaime hirió de esa manera a Trino con un solo golpe? ¡Esa enorme diferencia de poder no es algo que pueda manejar! ¡Es imposible que Jaime sea sólo un Dios de las Artes Marciales de Tercer Nivel! Tiene que ser al menos un Soberano de las Artes Marciales».

Su suposición de que Jaime era un Dios de las Artes Marciales de Tercer Nivel fue lo que le llevó a limpiar el suelo con ellos.

Sony se alegró de haber decidido observar la situación antes de atacar a Jaime. De lo contrario, un simple Dios de las Artes Marciales de Noveno Nivel como él no tendría ninguna oportunidad contra Jaime.

—¡Vamos!

Gritó Sony mientras ordenaba a sus hombres retirarse.

Los chicos de la Secta Vientofuerte también querían irse, pero estaban trabados en combate con las bestias demoníacas.


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.