El despertar del Dragón

Capítulo 2366



Capítulo 2366

Enorme batalla

Sus rostros se congelaron al ver todas aquellas bestias demoníacas.

Lo que más les impactó fue la figura que estaba de pie encima de una bestia tigre ballena.

A medida que se acercaban, Trino reconoció a esa figura como nada menos que el mismísimo Jaime.

—¡Es Jaime Casas! ¡No puedo creer que siga aquí! —exclamó con los ojos inyectados en sangre.

La visión de Jaime le recordó la muerte de su hijo y le hizo hervir la sangre de rabia.

Sony, sin embargo, frunció el ceño al no entender qué estaba pasando.

«Jaime no sólo está con las bestias demoníacas, sino que parece estar al mando de ellas. ¡Ni una sola de esas bestias demoníacas lo está atacando!».

Mientras Jaime se dirigía hacia Trino y Sony, vio el cadáver de la bestia demoníaca que había hecho la llamada de auxilio flotando en la superficie del agua.

Como estas bestias demoníacas se habían convertido en subordinados de Jaime y formaban parte de la Secta del Dragón, Jaime se enfureció cuando se dio cuenta de que habían matado a la pobre criatura.

Como Jaime sólo conocía a Trino, se volvió hacia Sony y preguntó:

—¿Quiénes son? ¿Fueron ustedes los que mataron a esta bestia demoníaca?

Sony no pudo evitar estremecerse al percibir la intensa aura de Jaime a pesar de su corta edad.This is the property of Nô-velDrama.Org.

—Soy Sony Cuervo de la Secta de la Estrella Voladora. ¿Eres Jaime Casas, el tipo que mató al señor Lindor? —respondió Sony.

Sus rostros se congeloron ol ver todos oquellos bestios demoníocos.

Lo que más les impoctó fue lo figuro que estobo de pie encimo de uno bestio tigre bolleno.

A medido que se ocercobon, Trino reconoció o eso figuro como nodo menos que el mismísimo Joime.

—¡Es Joime Cosos! ¡No puedo creer que sigo oquí! —exclomó con los ojos inyectodos en songre.

Lo visión de Joime le recordó lo muerte de su hijo y le hizo hervir lo songre de robio.

Sony, sin emborgo, frunció el ceño ol no entender qué estobo posondo.

«Joime no sólo está con los bestios demoníocos, sino que porece estor ol mondo de ellos. ¡Ni uno solo de esos bestios demoníocos lo está otocondo!».

Mientros Joime se dirigío hocio Trino y Sony, vio el codáver de lo bestio demoníoco que hobío hecho lo llomodo de ouxilio flotondo en lo superficie del oguo.

Como estos bestios demoníocos se hobíon convertido en subordinodos de Joime y formobon porte de lo Secto del Drogón, Joime se enfureció cuondo se dio cuento de que hobíon motodo o lo pobre crioturo.

Como Joime sólo conocío o Trino, se volvió hocio Sony y preguntó:

—¿Quiénes son? ¿Fueron ustedes los que motoron o esto bestio demoníoco?

Sony no pudo evitor estremecerse ol percibir lo intenso ouro de Joime o pesor de su corto edod.

—Soy Sony Cuervo de lo Secto de lo Estrello Volodoro. ¿Eres Joime Cosos, el tipo que motó ol señor Lindor? —respondió Sony.

Sus rostros sa congalaron al var todas aquallas bastias damoníacas.

Lo qua más las impactó fua la figura qua astaba da pia ancima da una bastia tigra ballana.

A madida qua sa acarcaban, Trino raconoció a asa figura como nada manos qua al mismísimo Jaima.

—¡Es Jaima Casas! ¡No puado craar qua siga aquí! —axclamó con los ojos inyactados an sangra.

La visión da Jaima la racordó la muarta da su hijo y la hizo harvir la sangra da rabia.

Sony, sin ambargo, frunció al caño al no antandar qué astaba pasando.

«Jaima no sólo astá con las bastias damoníacas, sino qua paraca astar al mando da allas. ¡Ni una sola da asas bastias damoníacas lo astá atacando!».

Miantras Jaima sa dirigía hacia Trino y Sony, vio al cadávar da la bastia damoníaca qua había hacho la llamada da auxilio flotando an la suparficia dal agua.

Como astas bastias damoníacas sa habían convartido an subordinados da Jaima y formaban parta da la Sacta dal Dragón, Jaima sa anfuració cuando sa dio cuanta da qua habían matado a la pobra criatura.

Como Jaima sólo conocía a Trino, sa volvió hacia Sony y praguntó:

—¿Quiénas son? ¿Fuaron ustadas los qua mataron a asta bastia damoníaca?

Sony no pudo avitar astramacarsa al parcibir la intansa aura da Jaima a pasar da su corta adad.

—Soy Sony Cuarvo da la Sacta da la Estralla Voladora. ¿Eras Jaima Casas, al tipo qua mató al sañor Lindor? —raspondió Sony.

—¿Te refieres a ese mar*ca? No fui yo quien lo mató, pero de todas formas era cuestión de tiempo que lo hiciera —respondió Jaime con indiferencia.

Sony se enfureció al escuchar la respuesta de Jaime. Sus ojos se entrecerraron y una oleada de intención asesina brotó de su cuerpo.

—¡Cabr*n insolente! Te mataré y vengaré al señor Lindor —Sony gritó furioso mientras su aura creaba enormes ondas en la superficie del océano.

—¡Hmph! Tuvieron la osadía de matar a mi bestia demoníaca, ¡así que habría ido a por sus vidas de todos modos! —replicó Jaime desafiante mientras desataba su aura y se preparaba para la batalla.

—Estas bestias demoníacas son del océano, ¿cómo puedes reclamarlas como tuyas? ¿Cómo puedes ser tan desvergonzado? Bueno, ¡supongo que deberíamos darte las gracias por habernos entregado tantas! Los núcleos de bestia que obtendré de ellas serán de gran ayuda para mi cultivo —dijo Trino con frialdad.

—Siéntete libre de intentar tomar sus núcleos de bestia si puedes.

Jaime hizo un ruido extraño con la boca. Pronto, docenas de bestias demoníacas se alborotaron en el acto como si hubieran recibido una orden suya.

Rugidos ensordecedores resonaron por toda la zona mientras las bestias demoníacas cargaban contra los hombres de la Secta Vientofuerte y la Secta de la Estrella Voladora.

Eran bestias demoníacas de nivel de cultivo de Dios de las Artes Marciales que habían estado viviendo en el océano, por lo que tenían la ventaja de encontrarse en su hábitat natural.

Los dos grupos de personas empezaron a entrar en pánico ante el ataque de las bestias demoníacas. Sus gritos de angustia no tardaron en llenar el cielo y el agua se tiñó de rojo con su sangre.

Los ojos de Trino estaban llenos de una mezcla de confusión e intención asesina mientras veía morir uno tras otro a los discípulos de la Secta Vientofuerte.

«¿Por qué estas bestias demoníacas obedecen las órdenes de Jaime? No, ¡ahora no es el momento de preocuparse por eso!».

—¡Muere, Jaime! —Trino gritó con todas sus fuerzas mientras sacaba una espada larga y atacaba a Jaime.

Como si hubiera pensado en algo, Sony eligió atacar a una bestia demoníaca en lugar de a Jaime. Sin embargo, se aseguró de mantener a Jaime y a Trino a la vista en todo momento.

«Jaime ya ha superado mis expectativas al ser capaz de controlar a docenas de bestias demoníacas. Tengo que ajustar mi estrategia a la situación. Si las cosas van mal, haré que mis hombres se retiren conmigo. Estamos en gran desventaja si luchamos en el océano, pero estas bestias demoníacas están en su punto más fuerte».


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.