El despertar del Dragón

Capítulo 2327



Capítulo 2327

Miedo a la muerte

Al ver al dragón resplandeciente, todos se pusieron tensos. Nadie sabía qué estaba pasando, y temían que el movimiento de Jaime hubiera activado otra matriz arcana.

Jaime, por el contrario, no parecía compartir las mismas preocupaciones. Tras ver que el dragón se iluminaba, se dio la vuelta a toda prisa y tocó otro pilar.

En efecto, los ojos del dragón en ese pilar empezaron a brillar también.

Jaime se apresuró a tocar el resto de los pilares.

Cuando terminó, toda la zona estaba inundada de luz y un dragón se había formado en el aire.

Todos se sorprendieron al ver al enorme dragón.

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Al segundo siguiente, toda la plaza tembló y la puerta de piedra que había tras ellos se cerró casi de inmediato.

Así, escapar ya no era una opción.

—¿Qué car*jo estás haciendo, Jaime? ¿Intentas matarnos a todos? —bramó Emiliano.

Jaime, sin embargo, no podía molestarse con él. Miró aturdido al dragón antes de levitar hasta quedar frente a frente con él.

Estiró un poco la mano para tocarlo, pero antes de que pudiera hacerlo, la criatura lanzó un rugido desgarrador que lo golpeó con una potente ráfaga.

Jaime fue arrojado como un muñeco de trapo hasta que se estrelló contra la pared de piedra y cayó al suelo.

—Señor Casas... —Alba murmuró mientras corría hacia el hombre, sólo para ver que le corría sangre por la comisura de los labios.

Todos sabían lo formidable que era el cuerpo de Jaime y, sin embargo, un simple rugido del dragón le había causado tanto daño.

Mientras la ansiedad aumentaba, Emiliano, Arán y el resto del grupo se pusieron en alerta máxima para asegurarse de que estaban a salvo del dragón.

La plaza tembló con aún más violencia, hasta el punto de que los dieciocho pilares de piedra empezaron a derrumbarse uno tras otro.

En cuestión de segundos, nubes de arena y polvo envolvieron la zona, mientras las rocas destrozadas volaban por todas partes, haciendo que todos esquivaran los escombros que caían y corrieran para salvar sus vidas.

Después, el dragón gigante soltó otro rugido antes de descender en picado desde el aire.

Golpeó el suelo con su cuerpo, lo que provocó un derrumbamiento inmediato de la superficie.

La potente explosión casi noqueó a todos, y cuando volvieron a centrar la mirada en el centro de la plaza, el dragón ya había desaparecido, dejando tras de sí un oscuro túnel subterráneo.

El túnel parecía no tener fin y, dado que estaba envuelto en una oscuridad total, parecía un descenso a las profundidades del infierno.

Todos se quedaron mirando el túnel, sin saber qué hacer a continuación. Una cosa era segura: nadie se atrevía a dar el primer paso, porque ¿quién sabía lo que les esperaría en el abismo?

Jaime se quedó mirando el túnel y enseguida conjuró una llama en su mano que iluminó todo el espacio.

Ahora que había luz, se adentró en él con valentía, decidido a no dejar que nada se interpusiera en su camino para lograr su objetivo.

Alba y Luol lo siguieron de cerca, pero Arán y Emiliano se quedaron fuera.

Por más que lo intentaban, aún no podían decidir si debían seguir su ejemplo.

Todavía les latía el corazón tras el encuentro con el dragón gigante, y tenían un miedo atroz a lo que pudiera pasar si la criatura irrumpía en el túnel. No había forma de que salieran con vida.

—Arán, ¿por qué no entras? —Emiliano preguntó.

—¿Por qué no entras tú? —Arán replicó.

—Mira lo estrecho que es el túnel. Si está plagado de trampas y matrices arcanas, ¡no hay forma de que podamos escapar! Por eso creo que es mejor ser más prudentes —replicó Emiliano.

—No eres el único que le teme a la muerte... —Murmuró Arán mientras ponía los ojos en blanco hacia el hombre—. Esperemos a que pase, entonces. Todavía no oigo nada, así que dejemos que se aventuren más…

Tras esperar un rato y comprobar que no había ningún alboroto en el túnel, Emiliano y Arán decidieron finalmente entrar con sus equipos.

Mientras tanto, Jaime continuaba a la cabeza con Alba y Luol a remolque. Aunque el túnel era pequeño y estrecho, todos agradecieron la ausencia de trampas explosivas y matrices arcanas.


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