Rechazada

Rechazada, pero atrapada por el Rey Alfa 

Capítulo 280 

Punto de vista de Catherine 

“¿Qué hace esa zorra inútil aquí? Ni siquiera tiene lobo, pero está desesperadamente buscando un compañero. ¡Qué patética!” 

+5 Perlas 

Permanecía en la penumbra del salón de conferencias, observando el ir y venir de las parejas mientras las palabras venenosas de los demás zumbaban a mi alrededor. El dolor y la humillación se entrelazaban en mi ser. 

En Nueva Jersey, los hombres lobo honraban una antigua tradición: el ritual de apareamiento en el Bosque de las Sombras, que se celebraba anualmente. Allí, lost Alfas y las Lunas de cada manada conducían a sus lobos sin pareja, en busca de su media naranja en medio de aquel ancestral rito. 

Mi padre, el formidable Alfa de nuestra manada, nos condujo a mí y a mi hermanastra Gina hasta aquí, con la esperanza de que halláramos a nuestras parejas. 

Pero yo estaba destinada a defraudarlo. Ni siquiera poseo un lobo. ¿Quién se fijaría en mí como pareja? Seguramente sería motivo de burla. 

Por lo tanto, cuando dio inicio el ritual, me limité a deambular con una bebida en la mano, sin el menor ánimo de buscar una pareja. 

Mientras me paseaba con el vaso de jugo de frambuesa, divisé a mi hermanastra Gina y sus amigas. Aunque no tenía un lobo, mi oído era particularmente excelente. 

Asi que pude escuchar claramente lo que ella estaba diciendo, incluso a distancia. 

Estaba despotricando contra mi madre con palabras hirientes. 

Mi madre fue la última Luna de nuestra manada. Falleció cuando yo tenía apenas tres años. Luego, mi padre se casó con la madre de Gina. 

Antes de descubrir que Gina era la hija ilegitima de mi padre, intenté llevarme bien con ella. Pero ahora, la odio con todo mi ser. 

Al escuchar cómo se mofaba de mi difunta madre, tildándola de ingenua y criticando a la suya, la ira bullía en mi interior. Sin pensarlo dos veces, me anrovimé v le armoié el inon de havas en la cara 

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Capitulo 20 

“Deja de difamar a mi madre, zorra! ¡Debes disculparte!” 

+5 Perlas 

Parecia que a Gina no le importaba mi advertencia. Con una mueca desafiante, respondió con un insolente “¿Y qué?” antes de huir bajo el cobijo de sus amigas. 

Por supuesto, no iba a dejarla ir impune. La seguí de inmediato. 

Finalmente, la encontré en la esquina, rodeada de sus secuaces. Cuando me vieron, sus rostros se retorcieron en sonrisas maliciosas. 

“Oye Catherine, équieres que me disculpe?” Gina Wyatt se burló de mí. 

“Zorra, este es el regalo de disculpa de Gina para ti, bebe.” 

Pronto, sus cómplices me ofrecieron un vaso de vino tinto. Por supuesto, no tenía intención de ingerir nada que proviniera de ellas, pero rápidamente comprendí que no era cuestión de elección, sino de obligación. 

Sus secuaces me sujetaron firmemente, impidiéndome cualquier resistencia. Una de ellas me agarró mientras la otra me forzaba la mandíbula, abriéndome la boca a la fuerza. 

“¡No! No quiero beber.” 

Mientras me retenían, supliqué a las personas a mi alrededor que me ayudaran, pero parecían más interesadas en presenciar lo que estaba por acontecer. Todos se apartaron, temerosos de que mis manos pudieran tocar sus ropas. 

Mientras tanto, Gina, como si estuviera disfrutando de un espectáculo, elevó lentamente el vaso hacia mi boca. Pronto, sentí el líquido frío fluir por mi garganta hasta alcanzar mi estómago. 

Solo me soltaron después de asegurarse de que había consumido todo el vino tinto. 

“Eres una buena chica, mi querida hermana. Te pido disculpas y espero que me perdones.” Gina me dio una palmadita en el hombro con indiferencia y se fue rápidamente con sus secuaces, riendo y charlando. 

Fui intimidada por ellos, pero no puedo resistirme, porque era demasiado débil y no tengo un lobo para protegerme. Content is © by NôvelDrama.Org.

Lo que es aún peor, tuve la terrible sensación de que el vino que me obligaron a 

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beber estaba envenenado, y parecia claro que querian humillarme. Necesitaba alejarme de allí cuanto antes y encontrar un refugio seguro. 

Cerca del borde del bosque se encontraba un pequeño puente. Me dirigi hacia alli; desde ese punto, podia contemplar la luna reflejada en el lago, Me acerqué al agua y dejé escapar un grito de frustración al universo, liberando toda mi ira. 

Maldita sea Gina, algún día lamentará haberme enfrentado….. 

Pero mi breve momento de calma se vio interrumpido abruptamente. Pronto, escuché el crujir de ramas bajo unos pasos a mi lado. Al girarme, me encontré con dos hombres de aspecto siniestro acercándose hacía mi. 

Mis instintos gritaron que debía huir, pero enseguida me di cuenta de que también habia dos hombres detrás de mi, cerrando cualquier ruta de escape posible, 

“Aléjense! No se me acerquen, manténgase alejados de mi.” 

Intenté intimidarlos con un rugido, adoptando una postura de lucha, esperando que se detuvieran ante mi aparente bravura. Pero quedó claro de inmediato que no estaban impresionados en lo más mínimo. Fue entonces cuando percibi que algo estaba terriblemente mal con mi cuerpo: un calor comenzó a expandirse desde mi abdomen y me envolvió en un instante. 

¡Maldición! Era la bebida que Gina me había dado. Me había drogado. 

Sentí cómo mi cuerpo era dominado por una ola de calor, anhelando 

desesperadamente algo fresco para aliviar la sensación abrasadora, pero luché por mantener mi mente clara y enfocada. 

Ahora, mi situación era critica, con cuatro hombres avanzando hacia mi con expresiones de lujuria en sus rostros. Era consciente de que no tenía ninguna posibilidad contra ellos en este estado. Miré a mi alrededor y, justo cuando sus manos estaban a 

barandilla y de alcanzarme, tomé una decisión decisiva: subi por la 

al lago. 

Podía escuchar a los hombres maldiciendo en la superficie del lago. En verdad, temia que se lanzaran tras de mi, pero por fortuna, no lo hicieron. 

El agua gélida alivió el fuego que ardía en mi interior, y nadé en dirección contraria al puente, sin preocuparme por los peligros que pudieran acechar en el bosque que lo rodeaba. Emergi del lago directamente a la orilla. 

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Capitulo 280 

+5 Perias 

Avancé más profundamente en el bosque, sintiendo cómo el calor dentro de mí resurgia con renovada fuerza. Mis sentidos se nublaban, mis uñas se clavaban en mi propia piel, buscando desesperadamente cualquier estímulo que me mantuviera despierta. 

Perdi la noción del lugar en el que me encontraba. En el momento en que estaba a punto de desfallecer, tropecé y unos brazos fuertes me atraparon. 

De repente, un suave aroma a vainilla invadió mis sentidos. 

Habia olido incontables fragancias en el pasado, pero juraría que ninguna había sido tan tentadora como esta. 

Siguiendo el rastro del aroma, me di cuenta de que emanaba del hombre que me había atrapado. 

Al instante, una exquisita fragancia a vainilla me envolvió por completo. Aunque mi mente estaba nublada, no lograba distinguir el rostro del individuo, sabía instintivamente que no pertenecía a mi manada. 

“¿Quién eres?” Pregunté con cautela. Su aliento era pesado, y sentí que me miraba en la oscuridad. En esta situación, no me atrevía a hacer movimientos bruscos. 

De repente, se precipitó hacia mí, atrayéndome hacia sus brazos. Mi rostro rozó su sensual manzana de Adán. 

La sensación helada de su piel era irresistiblemente atractiva en ese momento, y me aferré a él sin titubear. 

Al darme cuenta de que su ropa era un obstáculo, tiré con fuerza de sus botones. Su camisa se abrió mientras lo despojaba de sus prendas, y luego luché por liberarme de las mías, empapadas por el agua. 

Justo cuando estábamos a punto de quedar desnudos el uno frente al otro, su mano detuvo la mía. 

“Chica sucia, ¿Estás segura?” Su voz profunda resonó desde arriba de mí, y no le di una respuesta, pero mi mano buscó cinturón 

Entonces sentí un torbellino de sensaciones cuando el hombre me empujó al suelo y un beso feroz se posó en mis labios. 

¡Maldita,sea! Era más caliente que el mío. 

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