Niña en sus ojos Reina en su tierra

Capítulo 155

Elio siguió la mirada de ella hacia afuera de la ventana del carro, pero aparte de un gran bosque frondoso, no vio nada más.

La familia Real era una de renombre centenario Ccontent © exclusive by Nô/vel(D)ra/ma.Org.

La casa también tenía sus años, con detalles por doquier, puentes pequeños y arroyos.

Parecia una mansión construida por una gran familia de la antigüedad.

La puerta de bronce tallada se abrió lentamente, y el Rolls–Royce entró con la misma calma a la propiedad.

Una vez adentro del patio, todavia tuvieron que manejar por cinco o seis minutos hasta que finalmente se detuvieron frente a un jardin.

Afuera habia un grupo de personas en uniforme esperando.

Cuando el carro se estaciono, el conductor bajo y abrió la puerta trasera.

Elio fue el primero en salir, y justo cuando el mayordomo Fabio se acercaba, vio que Elio esperaba al lado del carro, inclinándose ligeramente hacia adentro, como si todavia hubiera alguien más por bajar.

Unos segundos después.

Efectivamente, otra persona salió del carro.

Fabio sintió como si algo deslumbrante le hubiera cruzado la vista, una muchacha hermosa como una hada se paró al lado de Elio, quien siempre era tan reservado, ahora lo miraba con ojos mucho más suaves de lo normal y le hablaba con una voz dulce y calmada.

“¿Tienes hambre? La cocina ya está lista para la cena, puedes comer algo si quieres. El chef de aquí es casi tan bueno como el de Las Delicias, asi que la comida debería ser de tu agrado.”

“No es necesario. Vamos directo a ver a la persona, estoy apurada.” La voz de la muchacha era agradable, pero algo distante.

Las gafas de Fabio casi se caían de su nariz.

No solo había bajado una muchacha del carro de Elio, sino que también él le hablaba con tanta suavidad.

¿Estaba viendo alucinaciones?

Los que estaban detrás de Fabio eran los sirvientes de la casa, y sus caras eran un espejo de la de Fabio, todos con los ojos bien abiertos en asombro y curiosidad, mirando hacia la acompañante de Elio, todos impresionados.

Jazmín bajo del auto y miró alrededor con sus ojos profundos y luminosos, y luego volvió a su expresión

indiferente.

Una mansión como la Casa de Don Real, con un siglo de historia y aunque no sea extremadamente lujosa, definitivamente era de esas que dejan a cualquiera boquiabierto.

Pero Jazmin apenas la miro y no mostró mucho interés.

Solo al ver una escultura de piedra en un estanque cercano, sus ojos se iluminaron un poco, mostrando un leve interés.

Elio notó que ella miraba la escultura y también la observó, pero no encontró nada especial. Con una voz baja, le explicó: “Esa escultura fue recomendada por un maestro de feng shui, dijo que como la casa está construida en un bosque poco poblado, solo la gente de la casa no es suficiente para calmar ciertas cosas

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de la montaña. Por eso pusieron una escultura como esa en varios jardines principales de la mansión.”

Después de escucharlo, Jazmin miró la escultura una vez más y asintió: “La energia de esta montaña es un poco negativa. Pero…”

*¿Pero qué?”

“Nada. Llévame a ver a tu abuelo Jazmin se mordió ligeramente el lablo y apartó la mirada de la escultura, sin querer decir más.

Ella estaba alll para ver a un enfermo.

No tenia por qué preocuparse por lo demás.

Después de todo, eran solo pequeños problemas que no afectaban mucho a la familia Real.

Al ver que ella no quería hablar más, Elio tampoco preguntó.

Asintió y dijo: “Los doctores que normalmente están a cargo del estado de salud de mi abuelo también están aquí, te llevaré con ellos ahora.”

Fue entonces cuando Fabio se acercó, y con respeto saludó: “Señor Elio.”

Y luego miró a Jazmin, sin saber cómo dirigirse.

“Ella es Jazmin, la Srta. Jazmin Alcaraz.” Al presentarla, Elio mostró una seriedad y consideración que no era común en él.

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