Chapter 702
Chapter 702
Capítulo 702
-¡Tu hija es nada menos que la famosa médica Blanca Diosa!
Todos quedaron asombrados. ¡Ahhhh….!
-Clara no solo es la gerente general de KS World, sino también una genial diseñadora, Alexa, y
ahora también es conocida como una médica divina.
Todos estaban muy sorprendidos y, atónitos al escuchar al director decir esto.
Los ojos de Fernando y Enrique estaban a punto de salirse de las órbitas; les costaba creer lo que
escuchaban. Como personas de alto estatus, conocían muy bien el nombre de Blanca Diosa. Su
habilidad médica era excepcional, especialmente en el campo de la cirugía, se podría decir que
era prodigiosa. Tenerla realizando una cirugía o tratamiento era como tener a un ángel curando, a
un ser humano.
Aún más misterioso era que Blanca Diosa, siempre mantuvo un perfil bajo. A pesar de su
renombre, nunca mostró su verdadera identidad y rechazó todas las entrevistas. Por lo tanto,
excepto por aquellos cercanos a ella, como Diego o Esteban, casi nadie conocía su verdadera
identidad. Esta mujer era excepcionalmente muy prodigiosa
Clara era Blanca Diosa.
Enrique estaba atónito, incapaz de expresar su gran asombro interior. La joven que había vivido en
su casa durante tres años y que nunca llamó la atención tenía un talento tan excepcional. En ese
momento, sintió una sensación indescriptible de impotencia, pérdida y desilusión. Tal vez nunca
encontraría una nuera tan destacada como lo era Clara. Content © NôvelDrama.Org 2024.
Clara suspiró con resignación y sonrió amargamente. —¿Por qué tenías que decirle esto a mi
padre? ¿No te pedí que mantuvieras el secreto?
-Durante estos tres años, Clara, has contribuido varias veces con cirugías excepcionales en
nuestro hospital y nos has ayudado a superar situaciones tan difíciles, que sí no hubieras
intervenido en ellas, quizás muchas vidas se hubieran perdido. ¿Cómo podría Julio no enterarse de
algo tan bueno? Siempre he mantenido el secreto por ti, pero al menos debía permitir que tu
propio padre lo supiera. Esteban suspiró sinceramente y miró a Clara con admiración.
Julio, después de escuchar todo, estaba feliz y enojado al mismo tiempo; con sentimientos
encontrados. Quería reprenderla, pero no podía evitar apretar sus mejillas. -¿Cómo pudiste
—¡Julio! ¡Tienes tanta gente contigo! ¿Cómo puedes decir algo así? – Clara se sonrojó de vergüenza
y susurró en voz baja.
-Irene-Fernando, con lágrimas de alegría en los ojos, se acercó y sujetó los hombros de Clara,
mirándola de arriba abajo una y otra vez, incapaz de apartar la vista de su excepcional nieta.
Irene, el abuelo está tan arrepentido contigo. El señor Hernández está muy confundido y triste
contigo.
-No digas eso, abuelo.
-Todos nosotros te hemos retenido-Fernando se sentía cada vez peor a medida que pensaba más
en ello, y no podía dejar de aferrarse. -Aparte de ti, no quiero que nadie más se acerque a mi nieto.
Aparte de ti, nadie más puede ser la nuera de Fernando. No quiero a nadie más, solo a Irene. Solo a
tí te considero mi verdadera nuera, tú sabes el gran aprecio que te tengo.
Julio frunció el ceño, insatisfecho, y estaba a punto de hablar cuando Diego lo detuvo firmemente.
-Abuelo, ¿por qué sigues comportándote como un niño? – las palabras de su abuelo dejaron a
Clara desconcertada y la hicieron sonrojarse. Dos rubores tenues aparecieron en sus mejillas.
En ese momento, Clara era como una estrella brillando entre todas las personas, y todos la
admiraban y querían.
En contraste, Jimena, que estaba al margen, tenía un rostro sombrío y nadie le ponía atención.
Incluso su propio hermano, ni siquiera se preocupaba por ella; parecía que todos la habían
olvidado de que se encontraba allí.
Las palabras de Fernando la hirieron profundamente, y su odio creció. Realmente quería matar a
Clara.