Capítulo 755
Capítulo 755
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Capítulo755
Por otro lado, estaba la familia Rodriguez. Al igual que Fernando, Mateo Rodríguez vivia con sus hijos, en
una gran mansión. Aunque un poco más pequeña que la villa mar de la familia Hernández, aún se
contaba entre las diez mejores propiedades del país.
En esos dias, toda la familia Rodriguez estaba al tanto del escándalo de gran dimensión, e incluso los
sirvientes en la casa comentaban el asunto en sus momentos libres, convirtiendo la vergüenza de
Jimena en un tema de conversación cotidiana después del té. La falta de comentarios de Alejandro y
Hernández solo habia empeorado la situación, dejando la reputación de Jimena en ruinas. Como la
heredera de la familia Rodriguez, esta imagen era un completo desastre.
-¿La señorita ha regresado ya? – hablaban en voz baja algunas de las criadas.
-Si, está en el estudio del señor Mateo, llorando desconsoladamente. Es realmente lamentable– suspiró
una de las criadas, lo que le ha sucedido.
-¿De qué sirve llorar? Como heredera de la familia Rodriguez, no deberia haberse comportado de esa
forma. La reputación de una joven es muy importante. Ahora, su relación con el presidente Hernández
está en entredicho, y cuando los periodistas la fotografiaron, parecía desaliñada y fea. ¿Quién se atreverá
a casarse con una mujer así en el futuro?
-Han compartido una habitación, lo que significa que ha pasado algo. Ahora que todo se ha descubierto,
Alejandro debe asumir su responsabilidad por completo.
-No veo ninguna intención de asumir responsabilidad por parte de Alejandro. Hasta ahora no ha dicho ni
una palabra al respecto, está claro que no quiere reconocer nada en absoluto.
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-Rodrigo y Alejandro son hermanos, así que cuando se entere de esto, será muy incómodo para ambos.
-Dejemos de hablar, jaquí viene Walter Rodríguez!
Las criadas se apresuraron a apartarse y se inclinaron. Sefior Walter, buenos días!
Un hombre descendió las escaleras, con el cabello cuidadosamente peinado a ambos lados, vistiendo
un traje azul oscuro de alta calidad y una mirada afilada. Este hombre era Walter Rodriguez, el segundo
hijo de Mateo y primo de Rodrigo.
Walter sonrió y, dejó una advertencia mientras pasaba junto a las criadas: -Sus chismes pueden
pasarme desapercibidos, pero si mi sobrino llegara a escucharlos, temo que sus lenguas sufrirían las
consecuencias.
Las criadas temblaron y guardaron absoluto silencio.
-Abuelo, por favor, tienes que hablar por mi. No puedo enfrentar a nadie después de esto–Jimena se
abrazó a Mateo, llorando inconsolablemente con la voz entrecortada.
-Querida nieta, no llores más, podrías lastimar tus ojos–Mateo acarició la espalda temblorosa de
Jimena, su rostro reflejaba un profundo pesar. -No debes sentirte tan mal, en esta situación, tu madre y
Rodrigo no pueden hacer mucho, pero su abuelo hablará por ti. Los miembros de la familia Rodriguez
han sido criados para no soportar tal injusticia.
-Hija, tienes toda la razón–Walter adoptó una expresión seria y entró en la habitación. -Jimena es la
niña mimada de mi hermano mayor, y en nuestra familia, la apreciamos más que a nadie. No podemos
quedarnos de brazos cruzados mientras ese tal Hernández la lastima.
-Walter–la voz llorosa de Jimena se hizo aún más fuerte.
Jimena siempre recordó lo amable que Walter era con ella. Desde pequeña, su padre habia sido muy
estricto, negándole lujos y dándole muy poco dinero para sus gastos, lo que la hacía sentirse incómoda
frente a sus amigos. Sin embargo, Walter era diferente. Siempre le daba mucho
dinero en privado y le
traía costosos regalos en sus visitas, satisfaciendo su vanidad de entonces. Por lo tanto, tenía una buena
y maravillosa impresión de él.
-Walter, ¿también lo sabes? – Mateo frunció el ceño.
-Conocemos la posición de nuestra familia Rodriguez, es bien sabida. Esta situación ya es de dominio
público–respondió Walter.