Capítulo 721
Capítulo 721
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-Pero ¿sabes a quién finalmente le trasplantaron el corazón que inicialmente debería haber sido para su hija? ¡Se lo dieron al hijo del alcalde de México! Y esa pobre niña finalmente, se fue de este
mundo debido al tormento del dolor, sin poder esperar a otro donante. Esa es la triste realidad de la
burocracia.
La indignación expresada por Teófilo, palabra por palabra como un cuchillo, clavándose en el
corazón, oprimió igualmente el pecho de Clara de una manera insoportable. Ella también era
médica, por lo que comprendía profundamente su gran sufrimiento.
-Teófilo, entiendo tu estado de ánimo.
-Tía, tienes que entender la base de mis principios. Nunca trataré a altos funcionarios, a
poderosos o a magnates. Son ricos y pueden encontrar a cualquier profesor de medicina que
deseen. Soy una persona de temperamento fuerte, y si intervengo, podría poner en peligro sus
vidas. Por favor, busca a alguien más adecuado-dijo Teófilo con firmeza.
Leticia abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera decir una palabra, Teófilo colgó el
teléfono.
-Clara, lo siento. Ni siquiera sus padres han podido controlar a este chico en mi familia. No puedo
hacer nada-suspiró Leticia con gran frustración.
El corazón de Clara se oprimió un poco, pero intentó sonreír, y dijo: -Leticia, no te culpes. Esto no Text content © NôvelDrama.Org.
tiene nada que ver contigo. Has hecho todo lo que pudiste. Voy a pensar en otra solución.
Con un leve peso en el corazón, Clara regresó a su habitación y, después de pensarlo, llamó a Juan.
-Clara, ¿estabas pensando en mí? -respondió Juan desde el otro lado con un aliento un poco
pesado, pero su tono seguía siendo cariñoso y suave.
-Juan, ¿estás ocupado? -preguntó Clara con gran preocupación.
-Acabamos de terminar el entrenamiento diario, así que no te preocupes. ¿Tienes algo de qué
hablar? Sí, claro
-Juan, ¿estás en la sede central de la agencia de inteligencia de Estados Unidos? ¿sería fácil para ti investigar a alguien en Estados Unidos?
-En efecto, sería muy fácil-respondió Juan con una sonrisa.
-Eso es genial-dijo Clara con el ceño fruncido. -Quiero que investigues a alguien. Se llama Teófilo, es el sobrino de Leticia y es un destacado neurólogo.
-Lo conozco-dijo Juan despreocupadamente.
-¿Cómo es que lo conoces? -preguntó Clara realmente sorprendida.
-Es información confidencial, no puedo revelarla. Entonces, ¿qué es lo que quieres hacer? –
preguntó Juan con una sonrisa complaciente.
-Quiero saber, si Teófilo tiene algún tipo de debilidad o vicio que podamos usar en su contra-dijo
Clara con una mirada afilada. -Tengo la sensación de que es bastante mujeriego. ¿Crees que la
seducción podría funcionar con él? ¡Puedo encargarme personalmente de ello!
-¿Por qué querrías hacer algo así? -preguntó Juan, sorprendido y elevando la voz.
-Necesito un favor muy especial de Teófilo, y necesito que venga a México-respondió Clara,
apretando los labios.
-¿Por qué necesitas que venga a México? ¿A quién deseas que atienda?-preguntó Juan.
Clara frunció el ceño y dijo: -Es confidencial.
Juan suspiró profundamente.
-¿Crees que esa idea funcionará? -preguntó Clara, con un tono de ansiedad en su voz.
-La belleza no necesariamente funcionará con él-reflexionó Juan.
Clara frunció el ceño y preguntó: -¿Qué quieres decir con eso? Sea especifico.