La Novia Equivocada Novela de Day Torres

LA NOVIA EQUIVOCADA CAPÍTULO 61



LA NOVIA EQUIVOCADA CAPÍTULO 61

CAPÍTULO 61. ¡Ni creas que vas a ganar, Nathan, ni creas! Para Nathan y Paul no fue nada extraño ver a Marilyn subir a aquel estrado y jurar sobre la biblia con lágrimas en los ojos solo para tratar de victimizarse. Su abogado, por supuesto, fue el primero en interrogarla. – Señora King, ¿cómo fue para usted despertar y saber que su hija la creía muerta? – Fue horrible, es la sensación más…

-¡Objeción! – se levantó Paul-. Esta no es una sesión de psicoterapia. La señora King debería exponer sus sentimientos frente un terapeuta, las cortes son para los hechos.

-¡Ha lugar! – declaró el juez- . Abogado, ¿tiene otra pregunta?

-Sí, claro. Señora King. ¿No es verdad que el señor King apenas le permite poner un pie en su casa y ver a su querida hija…?

-¡Objeción! -Se levantó Paul de nuevo -. EL abogado está respondiendo su propia pregunta, pero yo lo puedo hacer mejor. El señor King tiene la custodia provisional de la menor y la señora King está autorizada para visitarla.

-¡Ni siquiera puedo vivir ahí! -exclamó Marilyn.

– Y no tiene por qué, la casa le pertenece al señor King, y es él quien decide quién vive o no en su propiedad. Además el señor Nathan King le permite la entrada a su casa durante una hora al día, como demuestran las grabaciones de las cámaras de seguridad que hay por toda la casa. – Marilyn se puso lívida cuando lo vio sacar una memoria USB y entregarla al asistente del juez

-. Aunque no sé si le convenga que el señor juez vea esos videos, señora King, ¿quiere decirle qué hace usted durante esa hora en la que tiene acceso a la casa? Ayuda a su hija con los deberes? ¿Juega con ella? ¿Se ocupa de ella al menos?© NôvelDrama.Org - All rights reserved.

-¡Eso no es problema suyo! – le gritó Marilyn con fiereza y ahí mismo terminó el teatro de la indefensión.

-Bueno, cuando el señor asistente de Su Señoría los revise, encontrará que usted pasa ese tiempo husmeando, peleándose con el abuelo o con el señor King e incluso robando en la casa. De todo menos ocuparse de su hija -se rio Paul en su cara.

-¡Esto es humillante! -gritó Marilyn fuera de sí—- ¿Cómo puedes hacerme esto?

-¡Porque ya va siendo hora de que lo enfrente, señora King, puede alargar este juicio tanto como quiera, pero al final el juez está obligado a dictar el divorcio, su hija no la quiere ver ni en pintura y no le va a sacar a mi cliente ni un dólar! –la provocó Paul-. ¡Ni un dólar, Marilyn!

–¡Tiene que dármelo, ese maldito me lo debe! ¡Me debe cinco años de mi vida! ¡Por su culpa me quedé en coma! -gritó. —-¡Eso no es cierto! ¡El señor King ni siquiera estaba cerca de usted cuando se accidentó!

–¡No me importa, me lo debe! ¡Y si no me lo da por las buenas se lo sacaré por las malas! – vocifero.

– ¡Te vas a quedar en la calle, exactamente como estabas cuando Nathan te recogió! –se burló Paul en su cara–. ¡Jamás tuviste nada, y además firmaste un prenupcial, no vas a quitarle nada! — Ese prenupcial no sirve! ¡La mitad de todo lo que tiene ese infeliz es mío!

–¡Claro que sirve! ¡Es un documento válido! -¡Él lo rompió! -gritó Marilyn señalándolo con violencia- . Él lo incumplió, no puede dejarme en la calle después de serme infiel!

-¡Esa es una acusación muy grave, señora King! ¡Es adulterio, y mi cliente jamás haría eso! – declaró Paul.

-¡Sí lo hizo! ¡Me engañó!

-¡Eso es mentira! ¿¡Con quién según usted!?

-¡Con Amelie Wilde! ¡La zorra que tenía mientras yo me moría en una cama se llama Amelie Wilde! - vociferó Marilyn.

-¡No puede probar eso! – la retó Paul.” -¡Claro que sí, pregúntele a quien quiera en la casa! — exclamó Marilyn desesperada. -¡Ya tengo declaraciones de todos y todos dicen que usted miente! – ¡Él se acostaba con ella, hasta la dejó embarazada! -¿Usted no puede probar eso!

-¡Sí, sí puedo!

-¡Esa mujer esta muerta!

-¡No, no lo está! ¡Está viva! ¡Solo tiene que buscarla a ella y a su mocoso y hacerle una prueba de ADN para que vean que Nathan es el padre! – Marilyn se cubrió la boca con las manos al darse cuenta de lo que había dicho.

En la sala se hizo un silencio sepulcral, pero la persona de la que menos esperaban una reacción se levantó.

– ¿Amelie Wilde está viva? – preguntó el doctor Brooks mientras se ponía de pie. El juez levantó el mazo para mandarlo a sentarse de nuevo pero la curiosidad fue más fuerte y lo dejó continuar-. ¿Amelie Wilde, la mujer por la que Sophia se culpa de su muerte, está viva?

Marilyn apretó los dientes con rabia, sabiendo que ya no había vuelta atrás, y miró a Nathan a los ojos antes de responder: – Llamó para avisar que estaba bien, que no se había muerto.

—¿Ya usted no se le ocurrió decirle nada a su hija sabiendo cuánto estaba sufriendo? – la increpó el doctor.

-Creí que se le pasaría. ¡Esa zorra no es su madre después de todo!

-¡Y usted sí es tan buena madre que prefirió dejar a su hija sufriendo en lugar de decirle la verdad! – El doctor Brooks se abotonó el saco y se giró hacia el juez-. Su Señoría, la decisión de este caso es suya, pero debo advertirle que si la custodia de Sophia King queda en manos de su madre, el Colegio Médico de Psicología y Psiquiatría de esta ciudad se reunirá para demandar a esta corte por incompetencia. El juez levantó una ceja sorprendida y luego sonrió. –Nadie debería amenazar así a un juez, doctor Brooks… pero me gusta su actitud. Dos mil dólares de multa por la amenaza, ahora salga de la sala y déjeme trabajar: — El doctor Brooks

salió y el juez se volvió hacia los abogados -. Muy bien, añadimos adulterio a la lista del divorcio, ¿tiene algo que añadir a esto, señor King?

Nathan se puso de pie.

–No, Su Señoría. No voy a negar a Amelie Wilde ni al hijo que tengo con ella. Hace solo dos semanas supe que los dos estaban vivos y no pretendo ocultarlos.

–Su Señoría, si nos lo permite, nos gustaría llamar a declarar al doctor Benson, ha sido el doctor de la familia durante más de quince años y cuidó de la señora King los últimos cinco años -se adelantó Paul – . Aceptamos la acusación por adulterio, pero dada la situación de ambas partes, hay demasiadas circunstancias atenuantes. El juez asintió.

– Está bien, pero yo personalmente interrogaré al doctor Benson, que últimamente los médicos que pasan por mi corte están muy agresivos.

Poco después el viejo galeno entraba y juraba sobre la biblia.

-Doctor Benson, ¿puede describirme cómo fue la estadía de la señora King en su clínica? – pidió el juez.

– Difícil -dijo el doctor-. Era una paciente en coma profundo y con los años su condición parecía deteriorarse. Sin embargo el señor King se negaba a rendirse con ella, la visitaba cada semana…

El médico continuó describiendo los cuidados que Nathan había tenido para Marilyn durante los últimos años, contando lo dedicado que había sido a asegurarse de que recibía el mejor tratamiento y los mejores cuidados posibles en todo momento.

-En cierto punto, yo mismo le sugerí una clínica en Suiza donde podrían ayudar a la señora King con su condición.

-¿A recuperarse?

– A morir -aclaró el médico-. Sé cómo puede sonar, pero la junta médica de la clínica determinó que era un consejo apropiado, sin embargo el señor King se negó. Si Marilyn está viva y sana hoy es por él, pero no debemos subestimar el daño psicológico de su familia. En todas las ocasiones, el paciente en coma es el que menos sufre. En el caso del señor King, pasó cinco años, solo, cuidando a su hija y a su esposa en coma, con la certeza de que esta jamás volvería a despertar. Psicológicamente era comprensible que no hubiera insistido en divorciarse, pero seguir solo no era lo más sano para él. Amelie Wilde fue su pareja por un tiempo muy breve antes de la recuperación de la señora King, pero en ningún momento dejó de preocuparse por su esposa. Paul se levantó y se dirigió al Juez.

—Su señoría, solicitamos que la acusación de adulterio se juzgue a la luz del hecho que la provocó: el accidente y posterior coma de la señora King, y por tanto sea desestimada. -¡Estás loco! –se levantó Marilyn furiosa-. ¡Nathan me fue infiel! –Yusted abandonó sus obligaciones como esposa -replicó Paul. –¡Yo estaba en coma!

–Exacto, y ese hecho es un atenuante para los dos errores. No fue culpa de ninguno de los dos,

pero produjo un efecto que ya no podemos echar atrás. ¿No es cierto? Marilyn estaba que echaba chispas por los ojos, especialmente porque el juez parecía estar pensando en aquello. —Mañana

tendrán mi veredicto -sentenció-. Se levanta la sesión. Apenas abandonaron la sala, cuando vieron a Sophia abrazada al cuello del doctor Brooks. El que estaba lloroso esta vez era el hombre, mientras ella le mostraba su nuevo libro de ballenas.

-Es lindo verla ser feliz otra vez -dijo el médico.

-En el próximo viaje que hagamos a Boston te llevaré para que conozcas al más pequeño – sonrió Nathan estrechando su mano con agradecimiento, justo antes de quitarlo de en medio y recibir él el puñetazo de Marilyn que iba dirigido al médico. Nathan ni siquiera se tambaleó, solo la miró con aquellos ojos feroces mientras ella le devolvía una mirada asesina.

– Son unos infelices los dos! ¡Todos, todos ustedes! -vocifero mientras su abogado trataba de detenerla—. ¿Cómo se atreven a hacerme esto? ¡Ni creas que vas a ganar, Nathan, ni creas! El abogado logró llevársela con mucho esfuerzo y el doctor se giró hacia Nathan.

-Te juro que esa mujer me preocupa. Deberían obligarla a ir a un psiquiatra, no es normal la forma en que se está portando – declaró preocupado-. Ocultarles todo este tiempo que Meli estaba viva, aun viendo sufrir a su hija, ya es un indicio peligroso de sociopatía, Nathan, espero que el juez la mantenga lo más lejos posible de Sophia. Nathan también esperaba lo mismo, pero por desgracia en casos como aquellos siempre uno tenía que salir perdiendo. Esa noche la pasó más nervioso que nunca, pero por más que deseaba subirse al avión y descansar entre los brazos de Meli, sabía que no podía dejar a Sophia y al abuelo solos. Al día siguiente, a las diez de la mañana, estaban todos en el juzgado, y Nathan trataba de calmar a Sophia mientras la niña se abrazaba a su cuello; porque a cada minuto que pasaba, ell parecía darse cuenta de que su vida estaba a punto de decidirse. -Estoy seguro de que todo va a estar bien, mi amor, estoy seguro. -¡Yo me quiero quedar contigo, papi! ¡No dejes que mi mamá me lleve! ¡Por favor, papi! —Cariño, estoy seguro de que ese juez es muy inteligente, no te va a alejar de nosotros. ¿D acuerdo? 1

Se sentaron, esperando el veredicto del juez y apenas el asistente lo anunció, Su Señoría hiz sonar el mazo.

-En el caso King vs King, este tribunal dicta la sentencia de divorcio con carácter inmediat con el fallo de la primera demanda… a favor de Marilyn King.


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