Capítulo 87
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Sofia y Sergio no podian ocultar su incomodidad cuando Sara los recibió con desprecio en su casa. A pesar de la falta de entusiasmo por parte de sus padres, Diego y Teresa, y de su hermana Selena, los hermanos mantuvieron una actitud de cortesia.
“Sofia y Sergio han llegado,” anunció Sara con una voz que apenas disimulaba su desprecio.
Diego y Teresa, sentados en el sofá del salón junto a su hija Selena, no mostraron mucho interés en el anuncio de Sara. Se hizo evidente que no tenían gran afecto por Sofía y Sergio.
Sofia y Sergio, saludó Sergio con una mezcla de reserva y formalidad.
La relación de Sergio con sus padres siempre había sido tensa, especialmente desde que, siendo aún un adolescente, fue prácticamente expulsado de casa para hacer espacio para el matrimonio de su hermano Simón. Años más tarde, la familia recibió cuatro casas como parte de un acuerdo de reubicación, todas las cuales fueron otorgadas a Simón.
Sergio a veces dudaba si realmente era un hijo biológico de sus padres, dado el favoritismo tan descarado que mostraban hacia sus otros hijos.
Diego y Teresa, por su parte, tenían una opinión muy desfavorable de Sergio. Lo consideraban un fracasado que había dejado los estudios para convertirse en un trabajador sin futuro y, para el colmo, seguia soltero a sus treinta años.
La
situación de Sofía no era mejor. Siendo la más hermosa de la familia, sus padres habian depositado grandes esperanzas en ella para que se casara ventajosamente y apoyara a la familia. Sin embargo,
quedó embarazada antes de contraer matrimonio, lo que consideraron un escándalo y una vergüenza. A pesar de la fría recepción, Sofía intentó presentar a su hija Gabriela a sus abuelos y su tia.
“Gabi, estos son tus abuelos y tu tia Selena, dijo Sofia.
Gabriela saludó con educación, pero Diego y Teresa apenas respondieron, sin ofrecerle una sonrisa a la niña.
Selena, con una sonrisa forzada, felicitó a Sofia por la belleza de su hija y luego preguntó por sus calificaciones, insinuando comparaciones desfavorables con su prima Yolanda, quien era considerada una estudiante ejemplar..
La crítica implícita de Selena era clara: no importaba el entorno en el que se criara un niño; el verdadero potencial estaba en la sangre. Ella lamentaba no haber apreciado a Yolanda cuando era
a más joven y ahora se lamentaba por las oportunidades perdidas.
Selena había aprendido una lección demasiado tarde: había desperdiciado la oportunidad de estar cerca de una verdadera “fénix“, mientras que ahora se daba cuenta de que Gabriela, a pesar de su belleza, podría no alcanzar las expectativas esperadas por la familia debido a su falta de habilidades académicas.
Al mencionar el tema del estudio, Sara mostraba una expresión llena de orgullo.
¡Había que ver que sus dos hijas eran todas unas genios académicas!