Capítulo 74
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¡Eso eran unos quince mill
“Mamá, Gabriela dice que realmente no se trata del dinero…
Linda estaba a punto de explotar, jel precio habla subido a quince mili
¿Qué más quería Gabriela?
¿Era que acaso esperaba llegar a clen mil?
¡Qué descarada era!
“Mamá, ¿qué hacemos ahora?” preguntó Jorge.
“ilgnórala!” exclamó Linda con enojo. “¡Esa zorra solo está jugando conmigo! ¡Si quiero venir, que vengal
¡No puedo creer que sin ella mi restaurante de la parrillada no pueda funciohar!”
Incluso si Gabriela buscara por todo Capital Nube, no encontraría un salario de quince mil al mes.
No tenía educación ni experiencia laboral.
¿Quién pagaria quince mil por una mesera?
¿Estaban locos?
“¿Entonces la ignoro?”
Linda asintió con la cabeza. “Si, ignorala. ¡Ya verás! No pasará tres días antes de que vuelva a rogarnost que la contratemos de vuelta.”
Terminando su frase, Linda agregó: “Si cambia de opinión y te busca en WhatsApp, no le respondas.”
“Está bien.” Jorge continuó, “Mamá, ¿realmente crees que Gabriela volverá para rogarnos?”
“¡Por supuesto!” Linda dijo con confianza. “Ahora no quiere quince mil, pero cuando vuelva rogando, ino la ofreceremos tanto! Jorge, solo espera a que Gabriela se arrepienta.”
Jorge asintió con la cabeza.
La abuela Zesati dio un paseo por el parque con su chaleco y luego volvió a casa.
Estaba lista para tomar su medicina, pero se dio cuenta de que en la cocina no habían preparado nada.
La abuela Zesati encontró al mayordomo, “García, ¿por qué no has pedido a la cocina que prepare mi- medicina?”
Antes de que el mayordomo pudiera responder, Eva se acercó y dijo: “Mamá, he pedido al Dr. Lozano que revisara las hierbas que el Sr Garcia compró para usted. El Dr. Lozano dice que son solo ingredientes comunes y no tienen efecto en su dolor de cabeza.” NôvelDrama.Org exclusive content.
“Si ni siquiera lo he probado, ¿cómo sabe que no funciona?” preguntó la abuela Zesati.
Eva respondió: “Mamá, el Dr, Lozano es un médico de renombre en Capital Nube, ¡lo que dice debe ser cierto! Los medicamentos siempre tienen efectos secundarios, solo necesita seguir tomando lo que el Dr. Lozano le ha recetado.”
La abuela Zesati frunció el ceño, “Si es un médico tan milagroso, ¿por qué aún no ha curado mi
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enfermedad? ¡Creo que es un incompetente! No tiene habilidad y aún así cuestiona las capacidades de la esposa de mi nieto.”
“Mamá, has tenido dolores de cabeza durante más de veinte años, se necesita un tratamiento a largo plazo. ¿Cómo esperas que se cure repentinamente? Confio en que el Dr. Lozano la curará.”
La abuela Zesati hizo un gesto de desdén, “García, ¡dile a la cocina que prepare mi medicina!”
No sabia qué pócima mágica le había dado aquella joven a la anciana para ganarse su confianza.
La anciana estaba envejeciendo.
Prefería creer en las palabras de una joven que en el consejo de un médico.
¿No era eso jugar con su propia salud?
Eva frunció ligeramente el ceño, “El Dr. Lozano dijo que mientras tome su medicamento, no debe mezclarlo con otros, o podría empeorar su condición.”
Al escuchar esto, la abuela Zesati dijo enojada: “Entonces dejaré de tomar lo que el Dr. Lozano me recetó. A partir de hoy, solo tomare lo que me ha recetado la esposa de mi nieto.”
Eva suspiro, “¡Mamá!”
La abuela Zesati también suspiró y tomó la mano de Eva, hablando con seriedad: “Eva, sé que te preocupas por mi bienestar, que no quieres que me pase nada. He tenido este problema más de veinte años, ¿sabes cómo he vivido todo este tiempo? Cada vez que me ataca, prefiero estar muerta que vivir con tanto dolor… incluso cuando no tengo un ataque, paso noches enteras sin dormir. Durante veinte años, no he tenido una sola noche de sueño tranquilo. Eva, déjame intentarlo, por favor,”
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