Chapter 48
Chapter 48
Caras vemos.
La inesperada visita de Alexander y la noticia que le di sin anestesia, me tenía pensando más de lo que debería.
En primer lugar, no queria que se atreviera a pelear por la custodia de Tristán, no sería bueno para mi hijo vivir en un ambiente lleno de viboras venenosas, por otro lado, no soportaría estar lejos de él, su lugar es conmigo, no le hacía falta nada y no hablo de lo material,
sino del amor y la calidez de su familia, y aunque le faltaba su padre biológico, no le faltaba la figura paterna que siempre han sido mi
padre, Vincent y Paul, aunque este último había pasado más tiempo lejos de él por temas laborales.
No podía imaginarme a Tristán tratando a Alexander como su padre, para él era un desconocido y un señor malvado, pero todo era mi culpa por ocultar su existencia, en mis manos estaba hacer recuperarán su relación y el tiempo perdido.
-¿Estás de acuerdo? –la pregunta de Paul me sacó de mis pensamientos y lo miré apenada por no haber escuchado ni una palabra de lo que me estaba diciendo.
=
-¿Eh? Lo siento, Paul, no te escuché. -confesé avergonzada. Tristán me entregó uno de sus dinosaurios para unirme al juego que tenía con Paul.
Paul me miró inexpresivo por unos segundos.
– Desde que volviste de hablar con Alexander, andas muy distraída. -dijo volviendo su atención a Tristán. -Te decía que si estás de
acuerdo con salir mañana con Tristán, él necesita divertirse, desde que llegó no ha salido de esta casa con otra persona que no sea Maga.
-dijo aquello sin dejar de jugar con el dinosaurio que tenía en su mano.
– No creo que sea posible, mañana lo llevaré con Alexander. -respondí uniéndome al juego, dónde Tristán nos rescataba del dinosaurio malvado, sin embargo, Paul se quedó inmóvil, dejando el juego a medias para mirarme.
.
-¿Estás hablando en serio? ¿Lo llevarás con él, as sin más?-lo miré con una ceja enarcada por su repentina pregunta, como si le
molestara que Tristán se acercara a él.
Si
-Sí, es su padre, deben recuperar el tiempo perdido. -respondi como si fuera lo más obvio del mundo.
A veces me irritaba la actitud de Paul cuando se trataba de Alexander asumiendo su papel de padre, entiendo que no es la persona Please check at N/ôvel(D)rama.Org.
que más le agrade por el daño que me hizo, pero, ¿por qué no me apoyaba con esta decisión que tanto me aterraba? ¿Por qué en vez de
darme ánimos, lo que hacia era hacerme ver que no estaba haciendo lo correcto?
-Yo iré contigo, digo, por si algo se sale de control, no sería bueno que estuvieran los dos solos con un hombre como Alexander,
yo
podrá aparentar querer ser un buen padre, pero caras vemos. -por supuesto que no iba a aceptar aquello.
Aunque no confiaba ni un poco en Alexander, él iba a pasar tiempo por primera vez con su hijo, además teníamos mucho de que
hablar y ponernos de acuerdo por el bienestar de Tristán, no seria nada cómodo ni conveniente que Paul se entrometiera en algo que
solo Alexander y yo podiamos resolver.
– Paul, cacaso no me conoces? Si quiere hacer algo que perjudique a Tristán lo defendería con uñas y dientes si es necesario, no va a. pasar nada, serà en un lugar público, puedes estar tranquilo. –dije serena, aunque por dentro me molestaba un poco su actitud.
Paul solto un suspiro cansado y solo asintió con su cabeza, sin embargo, por su expresión no parecia convencido del todo.
m.{Almenos acëptarás una invitación a cenar esta noche? Prometo que no pasará nada que no quieras. -cambio de tema
repentinaniente y por poco me ruborizo al recordar el beso en el crucero.
– Claro. –antes de decir alguna palabra más, mi celular sonó y sonreí al ver la persona que me estaba llamando. –Dame un
segundo, necesito responder,
Me levante del mueble donde estábamos jugando en la habitación de Tristán y me alejé hacia la ventana para contestar la
llamada.
– Sra. Petit, tengo toda la información que me pidió, estoy llegando su casa, esto le va a interesar. –el hombre que contraté me dio una buena noticia y mi estado de ánimo se elevo drásticamente.
–Lo estaré esperando.
Me disculpe con Paul y dejé un beso en la cabeza de Tristán, antes de salir hasta el estacionamiento a esperar al hombre, pocos
minutos después, el auto plateado de Joseph apareció en mi campo de visión y lo invité a entrar al despacho de mi padre que estaba desocupado.
– Cuéntame, ¿qué información me tiene? – pregunté sentándome en el sofá a un lado de Joseph, quien tenía un sobre amarillo en
sus manos.
– Fue fácil sacarle información al paparazzi, lo difícil fue buscar las pruebas. La Sra. Amelia Lancaster, Gina Lancaster y Rachel
Duncan, están detrás de las difamaciones en su contra. -al escuchar el nombre de aquella mujer, mi ceja se enarcó en el punto más
alto.
Por supuesto que me esperaba la mención de las Lancaster, pero, ¿Rachel? Eso no lo veia venir. Estaba tan mezclada con esa familia, que hasta se unió a las malas acciones de esas mujeres sin
pensar en las consecuencias.
Se sumaba a la lista de personas por darle su merecido.
– ¿Qué pruebas consiguió? -pregunté interesada en el tema y me entregó el sobre en sus manos.
No esperé ni un segundo y lo abrí para descubrir el contenido. Habia una grabadora y varios papeles a los que les di un rápido
vistazo. Eran tres comprobantes de pago a nombre del periodista que se atrevió a tomarme incontables fotos y las cuentas estaban a
nombre de las tres implicadas.
– En la grabadora está la confesión del paparazzi, admitió que lo contrataron para seguirla y fotografiarla en situaciones comprometedoras, también admite que ha sido él quien publicó las noticias falsas sobre usted y las difundió en las redes. Los documentos son los pagos en tres partes que recibió de las tres mujeres, cien mil dólares cada una por un trabajo sucio, también hay un documento con instrucciones que él debía seguir. En pocas palabras, querían destruirla. -sonrel satisfecha con el gran trabajo de Joseph
y en tiempo récord, esto era lo que necesitaba para tomar cartas en el asunto.
Escuché la grabación, dónde Joseph le hacía preguntas con una voz severa, digna de un matón y se escuchaba la voz temblorosa y – llena de pánico del otro hombre. Efectivamente, admitió que recibió dinero por parte de Amelia, Gina y Rachel, para difamarme sacando
de contexto cualquier fotografia, mientras más comprometedora fuera la noticia, más dinero iba a recibir.
. – Has hecho un gran trabajo, Joseph. -lo felicité por su buen desempeño y rápidamente transferi la otra mitad del dinero prometido, más un bonis extra por el tiempo en el que consiguió todo lo que necesitaba. -Ya le transferi el resto, estoy muy complacida con su servicio.
Joseph reviso su cuenta bancaria en su celular y sus ojos se ensancharon en gran medida al ver el monto transferido, pronto, aclaro
su garganta y recuperó su postura.
– Es usted muy generosa, Sra. Petit. Es un honor para mi haberla dejado satisfecha con mi trabajo. -le agradeci a Joseph, antes de
acompañarlo hasta la puerta para que se fuera.
Miré el sobre en mis manos, pensando en lo mucho que iba a disfrutar darle su merecido a esas mujeres que tanto daño me hicieron.
Acaban de cavar su propia tumba.