El despertar del Dragón

Capítulo 2343

Horripilante Tribulación del Rayo

Jaime empezó a asustarse. La esfera se había formado con las ramas y hojas del Árbol de Conexión Espiritual, pero no esperaba que fuera tan fuerte.

«Si no puedo abrirla, nos quedaremos atrapados aquí, ¿no?».

Justo entonces, Alba abrió los ojos. El aura de su interior empezaba a volverse maníaca, ¡y su cara estaba enrojecida!

Cuando Jaime vio eso, frunció el ceño. Envió su energía espiritual al cuerpo de ella para suprimir el aura que se estaba descontrolando.

«Este Fruto de Conexión Espiritual es demasiado poderoso. Sólo tengo uno, y casi pierdo el control del poder que hay en mí. Si me como unos cuantos más, seguro que exploto y muero».

Alba suspiró. Sin embargo, se quedó atónita cuando vio que Jaime había consumido todos sus frutos.

—Señor Casas, ¿cómo es que sigue usted bien después de consumir tantas frutas? —Miró a Jaime con envidia y dijo—: Esos cuatro Frutos de Conexión Espiritual deben haberle permitido abrirse paso hasta convertirse ahora en un Dios de las Artes Marciales, ¿verdad?

Jaime negó con la cabeza.

—Estoy en la cima de un Santo de las Artes Marciales. Estoy a un paso de convertirme en un Dios de las Artes Marciales…

—Fue un desperdicio de las cuatro frutas ya que sólo ha ganado tan poco cultivo.

A Alba le pareció una lástima cuando se dio cuenta de que no había mucha diferencia en el incremento de cultivo entre ambos a pesar de que ella sólo tomó una y Jaime tomó cuatro.

Sin embargo, Jaime no dijo nada porque sabía que necesitaba muchos más recursos que los demás cuando cultivaba. Belonging © NôvelDram/a.Org.

—Señor Casas, puesto que ya está en la cima de un Santo de las Artes Marciales, ¿por qué no se queda con la última fruta? Así se convertirá en un Dios de las Artes Marciales —dijo Alba mientras le daba a Jaime la última fruta.

En realidad, Jaime no tenía ni idea de si esa última fruta iba a ayudarle a lograr un gran avance y convertirse en un Dios de las Artes Marciales. Pero valía la pena intentarlo.

Jaime tragó entonces el último Fruto de Conexión Espiritual.

Una oleada de poderosa energía comenzó a girar dentro de su cuerpo, y comenzó su refinamiento.

Mientras Jaime se refinaba, Alba parecía cada vez más sorprendida. Eso se debía a que podía sentir el aterrador estado del aura de Jaime.

La energía espiritual dentro de su cuerpo comenzó a abrirse paso hasta el reino de un Dios de las Artes Marciales.

¡Bum!

De repente, se escuchó un trueno ensordecedor seguido de nubes oscuras sobre el Árbol de Conexión Espiritual.

Emiliano, Arán y los demás levantaron la vista ante el repentino cambio.

—¿Se ha convertido ese tipo en un Dios de las Artes Marciales? Eso debería ser una tribulación del rayo —dijo Arán mientras miraba al cielo oscuro con el ceño fruncido.

—Ese tipo debe haber robado los Frutos de Conexión Espiritual. Si no, ¡es imposible que consiga un avance tan rápido!

Emiliano se puso furioso cuando se dio cuenta de que Jaime se había comido los Frutos de Conexión Espiritual.

Sólo Delgado miraba las nubes oscuras con rostro adusto.

—¿Por qué habrá una tribulación del rayo si se ha convertido en un Dios de las Artes Marciales?

A través de las nubes, Delgado se dio cuenta de que había algo diferente en esa tribulación del rayo.

En el momento en que Delgado terminó de hablar, un relámpago cayó sobre la esfera.

¡Pum!

La tribulación del rayo golpeó la esfera, pero ésta permaneció como estaba.

Jaime, que estaba dentro, ya había entrado en trance. Estaba esperando la etapa final de su avance.

¡Bum!

Otro rayo golpeó la esfera.

Cuando la tribulación del rayo golpeó la esfera, creó golpes de energía aterradora. Aunque Emiliano y los otros estaban preparados, fueron lanzados hacia atrás por la energía residual.

—Esta tribulación del rayo es demasiado —dijo Emiliano conmocionado mientras se levantaba del suelo.

—Así es. Si la esfera no estuviera allí, la tribulación del rayo habría golpeado directamente a Jaime. Habría quedado reducido a cenizas. No hay forma de que hubiera logrado un avance.

Arán estaba igual de asombrado. Era imposible que alguien pudiera resistir semejante tribulación.