El despertar del Dragón

Capítulo 2307



Capítulo 2307

Tragado entero

Mientras miraba con frialdad a Rulo, Jaime alargó una mano y agarró el bastón de alma del hombre. Luego, sujetó el bastón con ambas manos y ejerció fuerza sobre él, rompiéndolo.

Después, sacó la pierna y le dio una patada en el pecho a Rulo, que también salió volando.

Esparcidos por el suelo, las Parcas Gemelas miraron a Jaime con incredulidad.

Ambos eran Dioses de las Artes Marciales de Cuarto Nivel, pero habían sido derrotados por un simple Santo de las Artes Marciales.

No sólo habían destruido sus armas, sino que también habían sufrido heridas. All rights © NôvelDrama.Org.

—Parece que hoy estamos condenados, Rulo —comentó Nazar con solemnidad.

—¡Aunque muramos, tenemos que arrastrarlo con nosotros! Por cómo se ven las cosas, ¡es hora de que nos sacrifiquemos! —replicó Rulo.

Mientras hablaba, sacó un pequeño frasco de porcelana y lo abrió. Acto seguido, unas terroríficas volutas de intención letal salieron de él.

Al percibir la intención letal, Jaime frunció el ceño, pues le daba una intensa sensación de peligro.

Justo cuando se preguntaba por qué esas volutas de intención letal eran tan horribles, las vio converger en una figura humana. Abriendo su enorme boca, devoró a las Parcas Gemelas.

Aquello sorprendió aún más a Jaime, que quedó desconcertado por las acciones de los dos hombres.

—¡Ah!

Un instante después, las Parcas Gemelas comenzaron a chillar de agonía. Ambos habían sido tragados enteros por la figura, y sus gritos salían de su vientre.

Eso desconcertó aún más a Jaime. No podía comprender lo que estaba ocurriendo.

Alba estaba tan asustada que su rostro palideció. Nunca había visto a nadie que actuara tan despiadadamente consigo mismo.

Poco después, los gritos de dolor de las Parcas Gemelas cesaron, mientras la figura de aspecto humano empezaba a solidificarse poco a poco.

Un hombre con la mitad de la piel negra y la otra mitad blanca apareció frente a Jaime sin una puntada encima.

—¡Qué desvergonzado! Eres un auténtico canalla.

Ante aquella visión, Alba maldijo en voz alta y giró sobre sí misma.

Mientras tanto, las capacidades de aquel hombre habían subido un peldaño, y era un Dios de las Artes Marciales de Quinto Nivel.

Jaime lo estudió sorprendido, sin entender muy bien lo que había ocurrido. ¿Eh? ¿Podría ser que las Parcas Gemelas hubieran sido devoradas por este hombre, provocando este resultado?

—¡Nos has forzado, mocoso! ¡Definitivamente acabaremos contigo hoy!

El hombre habló, pero la voz pertenecía a Nazar.

—¡Exactamente! ¡Nos fusionamos en uno para matarte!

A continuación, la voz de Rulo salió de la boca del hombre.

Jaime resopló con frialdad y espetó:

—¡Humph! Independientemente de la magia negra que estés usando, toda ella es inútil ante mí. Haz tu movimiento.

Al escuchar sus burlas, el hombre soltó un ronco rugido que sonó como el grito de una bestia y cargó hacia Jaime.

Su velocidad era como la del rayo, y el aura que brotaba de él llevaba ráfagas de viento intenso.

Al ver eso, Jaime ya no utilizó su cuerpo para recibir el golpe. En su lugar, levantó las puntas de los pies y saltó decenas de metros en el aire.

El puñetazo del hombre no dio en el blanco, pero el aterrador viento barrió el bosque detrás de Jaime, arrancando cientos y miles de árboles. En un abrir y cerrar de ojos, se formó un claro.

Cuando el hombre vio que su puñetazo no daba en el blanco, levantó la cabeza y miró a Jaime, que estaba en el aire, antes de saltar de la misma manera. En el segundo siguiente, innumerables sombras de puños se manifestaron y rodearon a Jaime.

¡Bam! ¡Bam! ¡Bam!

incontables golpes cayeron sobre Jaime, derribándolo del aire.

Al verlo estrellarse contra el suelo, Alba gritó preocupada:

—¡Señor Casas!

Después de que el hombre estrellara a Jaime contra el suelo, no se molestó en dedicarle otra mirada, sino que dirigió su mirada hacia Alba con un brillo lascivo en los ojos.


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