El despertar del Dragón

Capítulo 2296



Capítulo 2296

Inútil

Unas dos horas después, Jaime y Alba llegaron al pie de las montañas Kazillion.

En ese momento, muchos artistas marciales se habían reunido allí, y todos parecían asustados.

Jaime se asombró un poco al ver las caras asustadas de los artistas marciales. No tenía ni idea de lo que había ocurrido para haberles infundido tanto miedo.

—Señor Casas…

En ese momento, alguien llamó a Jaime, que se sobresaltó un poco.

Muy pronto, Jaime vio a un joven que se dirigía hacia él a grandes zancadas.

Al mirarlo más de cerca, reconoció a éste como Vladimir, de la familia Garay del noroeste. Su patrocinador era el Adamantino del reino secreto.

—Vladimir, ¿qué haces aquí? —preguntó Jaime desconcertado.

«El noroeste está a miles de kilómetros de las Montañas Kazillion. Por lo tanto, no es lógico que Vladimir viaje hasta aquí. Incluso si algo extraño estuviera ocurriendo en las Montañas Kazillion, ¡la familia Garay no podría haber recibido la noticia!».

Mirando directo a Jaime, Vladimir suspiró.

—Señor Casas, desde que fracasó la reactivación de la energía espiritual de la isla Encanta, nosotros, las familias representativas del reino secreto, lo hemos estado pasando mal. Ya que la energía espiritual no revivió, esas familias del reino secreto no nos necesitaban, ¡así que nos abandonaron! En

el pasado, dependíamos de ellos para obtener recursos. Como ya nadie nos proporcionaba recursos, ¡tuvimos que tomar cartas en el asunto! Las familias representativas han caído en desgracia…

Mientras se lamentaba, José de la familia Danaher, Royler de la familia Gracie y Marcelo de la familia García también se acercaron.

Todos saludaron a Jaime. Antes lo despreciaban, en particular Marcelo, pero ninguno de ellos se atrevió a ir contra Jaime después del incidente de la isla Encanta.

Mirando a los jóvenes que antes eran orgullosos, Jaime se sintió algo emocionado.

Después de todo, desde que el renacimiento de la energía espiritual había fracasado, sus familias habían quedado inutilizadas. Como tales, habían sido abandonados.

—Señor Casas, ¿estos son sus amigos? —preguntó Alba mientras miraba atónita a Vladimir y a los demás.

Por lo que a ella respectaba, aquellos hombres no eran lo suficientemente poderosos como para ser amigos de Jaime.

—Supongo que sí... —Jaime asintió.

Alba puso los ojos en blanco y no dijo nada más.

—Señor Casas, ¿ha venido a buscar las ruinas antiguas por el fenómeno de las montañas Kazillion? —inquirió José.

Jaime asintió y contestó:

—Así es.

—Señor Casas, llega tarde. Alguien ya se ha apoderado del lugar. Nos echaron a todos —informó Vladimir con resignación.

—¿Apoderado? ¿Quién puede ser tan dominante? —Jaime se sorprendió.

«Aquí hay muchos artistas marciales. ¿Qué familia es tan poderosa como para ser tan dominante?».

—Creo que se llaman Secta Vientofuerte. Esa persona es un Dios de las Artes Marciales, y en realidad no movieron un dedo para ahuyentarnos. Todo lo que usaron fue el aura de un Dios de las Artes Marciales, ¡y fueron capaces de aplastar a mucha gente hasta la muerte!

El miedo aún persistía en el rostro de Vladimir mientras relataba lo que había sucedido antes.

—¿La Secta Vientofuerte? —Jaime frunció el ceño. Nôvel(D)ra/ma.Org exclusive © material.

Después de escuchar el relato de Vladimir, Alba tronó:

—Qué atrevida es la Secta Vientofuerte al monopolizar las ruinas antiguas. Son unos desvergonzados.

Vladimir suspiró y replicó:

—No se puede evitar. Cuentan con la ayuda de un Dios de las Artes Marciales. Todo el mundo sabe que mientras tengas un Dios de las Artes Marciales en tu secta o familia, ¡tú mandas!

—¡Humph! ¿Cuál es el problema con un Dios de las Artes Marciales? Como si los otros clanes no tuvieran un Dios de las Artes Marciales…

Alba se burló ya que las nueve sectas dentro del reino oculto tenían Dioses de las Artes Marciales. De hecho, muchos de sus discípulos eran Dioses de las Artes Marciales.

Incluso la Secta Alquímica, que se centraba en la alquimia, tenía muchos Dioses de las Artes Marciales.

Al escuchar los comentarios de Alba, Vladimir y los demás la evaluaron.

—Señor Casas, ¿es amiga suya? A juzgar por lo que dice, parece una Diosa de las Artes Marciales... —preguntó Vladimir a Jaime.


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