El despertar del Dragón

Capítulo 2292



Capítulo 2292

El Manantial de Regeneración se ha ido Property belongs to Nôvel(D)r/ama.Org.

Prum, prum...

La montaña se derrumbó, sepultando a Jaime bajo los escombros.

Una vasta cueva de cientos de metros de ancho y decenas de metros de profundidad apareció sobre la cordillera.

La fuente del Manantial de Regeneración se cortó y se secó muy rápido.

Jaime estaba enterrado bajo los escombros y no sabía nada de ello.

Forero y Giovanni se despertaron sobresaltados al ver el polvo que se arremolinaba a su alrededor. Para su consternación, descubrieron que el Manantial de Regeneración ya se había secado.

Aunque habían recobrado el conocimiento, se vieron incapaces de moverse y se vieron obligados a intercambiar miradas de impotencia.

—Señor Forero, ¿qué pasó? ¿Ha sido un terremoto? —preguntó Giovanni, con cara de confusión—. ¿Dónde está Jaime?

Estaban disfrutando en el agua del manantial, pero de repente se secó.

Forero miró a su alrededor y no vio a Jaime por ninguna parte. Una profunda línea apareció en medio de sus cejas.

—Dada su curiosidad por el Manantial de Regeneración, sospecho que él provocó la perturbación — afirmó—. ¿Por qué no puede abstenerse de provocar el caos, aunque sea por un breve instante?

Mientras Forero y Giovanni conversaban, Arconte y Alba, acompañados de algunos discípulos, llegaron al lugar al escuchar el alboroto.

Expresiones de terror cruzaron sus rostros cuando descubrieron que el manantial se había secado.

Sin embargo, recuperaron la compostura para llevar a Forero y Giovanni de vuelta a la Secta Luminosa.

La desecación del Manantial de Regeneración era un asunto crítico del que debían informar a su jefe de inmediato.

Nadie tenía ni idea de que Jaime estaba enterrado bajo los escombros.

La ansiedad de Mateo aumentó cuando la noticia de la sequía del Manantial de Regeneración llegó a sus oídos. Hacía poco que se lo había confiado a Jaime, y ahora se había secado. Parecía poco probable que fuera una coincidencia.

—¿Dónde está Jaime? ¿No lo han visto? —preguntó a Arconte y Alba.

Ambos negaron con la cabeza, indicando que no lo habían visto allí.

—Maestro, ¿podría ser Jaime el causante de que el Manantial de Regeneración se secara? Si él está detrás de esto, nos costará explicar las cosas a los demás. —Arconte sonaba preocupado.

—No creo que eso sea posible. El señor Casas no es capaz de hacer que el Manantial de Regeneración se seque. Existe desde hace años —Saulo no compartía su opinión.

Ella no creía que fuera Jaime quien lo hiciera.

—Bien, guardémonos esto para nosotros. Esperaremos el regreso de Jaime.

Como Mateo no estaba seguro de lo que había ocurrido y no podía tomar una decisión, decidió esperar el regreso de Jaime e informarse de la situación.

Mientras tanto, el derrumbamiento de las montañas Kazillion había atraído la atención de numerosos artistas marciales, que habían acudido al lugar en busca de la causa del inusual suceso.

Jaime luchó por salir de entre los escombros. Con la ayuda del Cuerpo de Golem y su propio físico robusto, salió ileso a pesar de haber quedado sepultado bajo la montaña.

Jaime tardó un día entero en salir de los escombros. Al ver el Manantial de Regeneración desecado y la ausencia de Giovanni y Forero, llegó pronto a la conclusión de que se los habían llevado de vuelta a la Secta Luminosa.

Sin dudarlo, Jaime se dirigió a Secta Luminosa, donde Mateo le esperaba ansioso.

La desaparición del Manantial de Regeneración y el colapso de las Montañas Kazillion eran acontecimientos demasiado importantes como para mantenerlos en secreto.

Si Jaime no regresaba, Mateo sería incapaz de discernir lo ocurrido y, por tanto, de aclarar la situación a las demás sectas.

—¡Maestro, el señor Casas ha vuelto! —Alba entró corriendo para informarle.

Al oírlo, Mateo salió apresurado a saludar a Jaime, pero le sorprendió el aspecto desaliñado de éste.

—Jaime, ¿dónde has estado? ¿Por qué tienes este aspecto tan desaliñado?

—Señor Campos, deme un segundo. Necesito beber un poco de agua.

Jaime entró en su habitación y se terminó una jarra de agua para aliviar su sed.

—Jaime, el Manantial de Regeneración se ha secado y las Montañas Kazillion se han desmoronado. ¿Qué ocurrió? —preguntó Mateo, despertando su interés.


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