El despertar del Dragón

Capítulo 2278

Manantial Mágico de Regeneración

—Ahí está el Manantial de Regeneración... —Isaac señaló un lugar envuelto en niebla no muy lejos de ellos.

Jaime miró con atención el Manantial de Regeneración frente a él, notando que la energía espiritual de la zona era superior a la de la mayoría de los demás lugares. Sin embargo, varios guardias saltaron de repente de los lados, bloqueándole el paso justo cuando estaba a punto de dar un paso adelante.

—Yo lo traje aquí. Déjenlo entrar... —ordenó Isaac.

Los guardias saludaron de inmediato a Isaac con una reverencia antes de apartarse a un lado.

En cuanto a Jaime, se acercó al Manantial de Regeneración con los ojos clavados en el agua cristalina del manantial. Los peces nadaban libremente en ella.

Luego, metió las manos en el Manantial de Regeneración, tratando de determinar por qué se hablaba tan bien de él. Para su sorpresa, Jaime no notó ninguna diferencia después de sentir el agua. Un pensamiento cruzó su mente.

«Sí, la energía espiritual es mucho más potente aquí, pero aparte de eso, ¡el Manantial de Regeneración me parece un manantial típico!». This content belongs to Nô/velDra/ma.Org .

Jaime miró fluir el Manantial de Regeneración mientras se preguntaba si las leyendas y cuentos sobre este lugar eran todas mentiras.

«Parece tan ordinario y sencillo. ¿Están seguros de que el agua de este manantial puede curar huesos rotos?».

Isaac se dio cuenta del escepticismo de Jaime y soltó una risita.

—¿Te parece la típica agua de manantial?

Jaime asintió sin hablar.

Isaac le dedicó una sonrisa. Extendió la mano y agarró algo en el aire. En ese momento, un pez voló hacia su mano mientras luchaba sin cesar. A continuación, Isaac arrancó de un mordisco un enorme trozo del cuerpo del pez.

Su acción sorprendió a Jaime, que miró a Isaac con incredulidad.

«¡Dios mío! Está comiendo carne cruda de pescado de una forma tan cruel. ¿Cómo puede ser un alquimista que se empeña en salvar la vida de los demás?».

Por otro lado, Mateo no se inmutó por lo que veía mientras miraba a Jaime con una leve sonrisa.

Isaac volvió a arrojar el pez al agua del manantial. Aunque el pez había perdido un gran trozo de carne, nadaba dentro del agua sin mostrar ningún signo de debilidad.

Jaime estaba desconcertado, pues no tenía ni idea de lo que Isaac trataba de demostrarle.

J¿Es esta su manera de mostrarme su crueldad?».

Mateo le recordó entonces a Jaime:

—Jaime, echa un vistazo al pez.

Jaime desvió su atención hacia el pez herido. A una velocidad visible a simple vista, la carne que le faltaba al pez se curó mientras nadaba. Unos diez minutos después, el pez volvía a su estado original.

Jaime se quedó boquiabierto.

—¿Y bien? ¿Ahora crees en el Manantial de Regeneración? —declaró Isaac con desdén al ver la evidente incredulidad en el rostro de Jaime.

Jaime no respondió al comentario de Isaac. En su lugar, volvió a meter la mano en el agua del manantial mientras cerraba los ojos y ralentizaba la respiración. El hombre concentró toda su energía mental en el cuerpo de agua, y su sentido espiritual se transformó en un estanque de agua de manantial, fluyendo junto con el Manantial de Regeneración.

Pronto, frunció las cejas mientras abría los ojos.

Al notar la expresión en el rostro de Jaime, Mateo preguntó:

—¿Pasa algo malo, Jaime?

—Oh, no... —Jaime sonrió, negando con la cabeza. Luego preguntó—: Señor Campos, ¿sabe de dónde viene el agua de este manantial y hacia dónde fluye?

Mateo negó con la cabeza. Explicó:

—El agua del manantial fluye desde la base de las montañas Kazillion. En cuanto a dónde se dirige, no puedo responder a esa pregunta porque no lo sé. El agua del manantial se desvanece al entrar en contacto con la Colina de Roca Rota. Nadie sabe adónde va. Eso no quiere decir que nadie sintiera curiosidad. Algunos fueron a Colina de Roca Rota a investigar, pero nadie obtuvo una respuesta real. Además, los que fueron a Colina de Roca Rota volvieron con un efecto secundario. Su cultivo llegó a una fase de estancamiento, y no importaba lo que hicieran, no podían superarla. Al final, ya nadie quería saber hacia dónde fluía el Manantial de Regeneración.

Mientras tanto, a Jaime le picaba la curiosidad la mención de Colina de Roca Rota