El CEO se Entera de Mis Mentiras

Chapter 52



Capítulo 52

Raquel extendió la mano para empujarlo: -No entiendo lo que estás diciendo.

-¡Déjate ya de fingir! -Los hermosos párpados de Alberto estaban cubiertos por una capa de hostilidad. ¡Me empujaste hacia Rosa a propósito!

¡Lo había descubierto!

Él ya

había notado que ella lo veía como una herramienta, un instrumento para sembrar discordia entre Ana y Rosa.

¡Ella había sido capaz de lanzarlo, sin dudarlo ni un segundo, para que él besara a otra mujer durante tres minutos!

Raquel ya no fingió más. Levantó su mirada clara y observó al hombre: -

Presidente Alberto, Rosa al parecer en verdad gusta de ti.

Que guste de mí es solo asunto de ella, ¿qué tiene que ver conmigo?

Cada día había tantas mujeres que lo admiraban, ¿debería él responsabilizarse por cada una de ellas?

Raquel no sabía qué decir.

Parece que él no tenía ningún interés en Rosa, y Ana seguía siendo la única que ocupaba su

afecto.

-Presidente Alberto, ¿por qué te enojas tanto? Ana y Rosa te gustan, y el hecho de que se peleen por ti significa que eres muy atractivo. ¡Sueltame!

Alberto permaneció inmóvil, y de repente preguntó en voz baja: -¿Olvidaste lo que te dije aquella noche? ¿Por qué sigues enredada con Ramón?

Dijo esto mientras curvaba sus labios con una sonrisa irónica: -Raquel, ¿no es eso lo que querías? Usar a Ramón para provocarme y llamar mi atención, ¿verdad?

¿De qué estaba hablando?

¿Qué tan arrogante podía ser?

-Presidente Alberto, sabes imaginar cosas. ¡Ya no me gustas!

Era la segunda vez que le decía que ya no le gustaba.

Alberto, con los labios finos y fríos, esbozó una ligera sonrisa burlona. Levantó la mano, y sus largos dedos tocaron su delicada cara, acariciando suavemente su piel.

Su voz se suavizó, volviéndose más grave y cautivadora: -¿De verdad no te gusto? Al parecer

Capítulo 52

ya olvidaste lo que ocurrió aquella noche en casa Díaz, cómo te hice perderte en el deseo.

Ese hombre era, sin duda, un experto en coquetear. El rostro de Raquel se sonrojó y palideció al mismo tiempo: Ella no había olvidado esa noche.

No había olvidado cómo, con los ojos abiertos, él la besó y luego se burló de ella por la forma en que se dejó llevar por el beso.

¡Y ahora él lo estaba mencionando!

En ese momento, Alberto le sujetó el mentón con firmeza. La miró de manera traviesa y decidida: -Ahora voy a ver si de verdad no me gustas.

Bajó la cabeza y besó sus gruesos labios rojos.

Este hombre malo estaba completamente seguro de que ella aún lo quería.

Él seguía molestándola porque estaba convencido de que ella aún lo deseaba.

Raquel aprovechó el momento adecuado, flexionó la rodilla y la estampó directamente contra los genitales de Alberto. 1

Alberto no estaba preparado y, de hecho, recibió el impacto directamente. ¡Qué dolor!

Él no podía decir nada.

Alberto apretó los dientes y gritó su nombre: -¡Raquel!

Raquel lo empujó con fuerza: -¡Presidente Alberto, ahora sí debes saber que ya

no me gustas!

Raquel se dio la vuelta y se alejó sin mirar atrás.noveldrama

Alberto se quedó en silencio.

Raquel regresó a la lujosa mesa privada. Ana y Rosa ya estaban de vuelta en sus asientos. Aquella ronda de "Verdad o reto❞ había quedado anulada. No podía

quedarse allí y ver cómo esas dos competían por Alberto.

Alberto también regresó a su lugar. Su cara estaba sin sorpresas con la misma actitud de "no te acerques" de siempre.

Raquel no lo miró. Actuó como si nada hubiera sucedido.

La tercera ronda del juego comenzó.

Esta vez, la boca de la botella de cerveza apuntó hacia Carlos, mientras que el fondo de la botella señalaba a Ramón.

Capitulo 52

Carlos frotó sus manos emocionado: -¡Por fin me toca a mí! Ramón, te toca el reto, como a Rosa antes. Quiero que elijas a una de las mujeres presentes para que se besen durante tres minutos.


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