Despidiéndose de mi amor

Capítulo 90



Capítulo 0090

-Hmm....

Silvia pensó por un breve momento, luego le recordó: -Natalia no sabe que Isabella soy realmente yo, y preferiría que no lo supiera.

-Entendida.

Desde que Natalia le mencionó la ubicación de la madre biológica de Silvia, Andrea, y su hermano Antonio la última vez, Silvia decidió ocultar su identidad tanto como le fuera posible. No quería serias complicaciones si Andrea y Antonio la encontraban en el futuro.

El simple pensamiento de su madre biológica, que no tenía ningún tipo de escrúpulo para exigir cosas, y su hermano, Antonio, quien la traicionó, le hacía sentir un gran desasosiego.

Después de discutir en detalle sobre la demanda contra Natalia con Viviana, Silvia estaba a punto de irse. Sin embargo, fue detenida rápidamente por Viviana.

-Oscar aún no ha salido de la guardería. ¿Por qué no vamos al centro comercial cercano juntas?

Silvia no pudo resistirse y de inmediato lo aceptó.

Ambas fueron al centro comercial más grande de Brasmo.

Viviana suspiró: -A pesar de que Julio es un ser despreciable, realmente es muy poderoso. No tienes idea de cuánto dinero ha ganado en este año. Además de bienes terrenales, propiedades, internet... tiene tantos proyectos que ni siquiera me atrevo siquiera a imaginar cuánto dinero tiene él.

Al escuchar eso, Silvia también sintió una sincera admiración.

-En estos años, Julio ha llevado a la familia Ferrer y al grupo Horizonte a una nueva etapa de desarrollo.

-Si fuera más ético, esto seria aún mejor.

Viviana tomó la mano de Silvia y se dirigieron directo hacia el centro comercial.

Llegaron a una tienda de ropa de alta calidad y pronto fueron

atendidas. Viviana fue a probarse la ropa mientras Silvia la esperaba en la zona de descanso, sin darse cuenta de que una cliente en la tienda ya la habia notado.

La mujer señaló a Viviana cuando salió de los probadores con la ropal puesta y dijo: -Esta prenda me la llevo.

Todas las prendas en esa tienda eran impresionantes y únicas.

Viviana frunció el ceño involuntariamente: -¿Qué quieres decir? ¡Esta prenda la vi primero!

La mujer se rió con gran desdén: ¿Y qué si la viste primero? ¿Ya la pagaste?

Viviana no se quedó atrás y le dijo al asistente: -Quiero realmen esta prenda.

Después, hizo que el asistente pasara la tarjeta.

Pero la mujer no se rindió y sacó su propia tarjeta.

El asistente se sintió bastante incómodo, y la discusión atrajo la atención de Silvia. Ella salió y reconoció de inmediato a la mujer, era

Felicia.

Felicia, la señorita de la familia Hernández, también era muy amiga

de Natalia.

-Viviana, ¿qué sucede?

Silvia se acerco y le pregunto.

-Esta mujer es buscando problemes a propósito. Vi la ropa primero, pero ella me la esta quitandig

Aunque Viviana no conocia a Felicia, au aversión hacia ella de inmediato alcanzó su punto m

-Pense que era extraño que nos gustara la misma prendia. Ahora que sé que es amiga de Silva, ya no me sorprende para mada. Después de todo, Silvia siempre ha sido aficionada a mobar cosas de los demás, incluyendo hombres-contraataco Felicia, burländose friamente.Têxt belongs to NôvelDrama.Org.

¿Qué dijiste? ¿Te atreves a deciric cora veril

Viviana se enfureció muchisimo all ins

-¿Qué dije? ¿No lo overon Permitame repetiro, Silvia siempre ha sido aficionada a robar hombre de dos mujeres...

Los otros clientes y los empleados circundantes wolization a mirar

hacia ellas.

Artes de que Felicia pudiera terminar de hablar, Silvia va extaba trientela ella, y con fuerza le dio una sonora

fuerzale extaba

borerade en la cara. The content is

on !

¡Pam...!

Ersonido nitido y el dolor ardiente en su bello rostro dejaron a Felicita

ent@hizaten el acto

te-(Callase/deluna vez -dijo Silvia.

hootiniaitelera alguien que se dejara intimidar tan fácilmente, y de

sto se ciatcase preparo para enfrentarse a Silvia.

Mapidna rapidamente se arremangó las mangas y dijon-Maldita sen. trasunontechano, nalinare salin hecha un desastre!

charso, Fatieso Felicia retrocedió rápidamente y empezó a gritar

muy fuerte a los empleados de la tienda.

-¿Qué están mirando? ¡Expúlsenlas de aquí! ¿Cómo se atreven a dejar entrar a qualquiera? ¿Saben quién en realidad soy yo?

Comparada con su aspecto

m

desaliñado, Silvia se mantuvo bastante tranquila. Ella entregó una tarjeta VIP exclusiva al empleado.

-Por favor, saquen de una vez a esta señorita de aqui.


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