Despidiéndose de mi amor

Capítulo 234



Capítulo 0234 

☐ +15 BONUS 

David guardó absoluto silencio. 

Antes de responder, vio a Oscar acercarse tiernamente con una hoja de papel en la mano, en la que estaba escrito: Si quieres mantenerme, necesito cien millones de dinero cada día. 

La esquina de la boca de David se curvó en una sonrisa muy fría. No es su hijo y ya sabe muy bien cómo pedirle dinero. ¿Cien millones? Este niño probablemente ni siquiera había visto mil dólares en su vida. 

David le respondió a Silvia al otro lado de la línea: 

-Lo investigaré. Si no es mi hijo, se lo devolveré a Viviana y me disculparé con ella. 

Colgó el teléfono y miró fijamente a Oscar: 

-Tienes realmente un buen apetito. ¿Cien millones al día? ¿Puedes gastarlo todo? 

-Señor, ¡no me digas que no tienes dinero! 

David no pudo evitar que un tic nervioso le recorriera la cara. ¿Cómo no iba a poder conseguir cien millones? 

-Si te doy ese dinero, ¿cómo deberías llamarme? 

Oscar sonrió algo gracioso con sus ojos brillando: 

-No contesto preguntas hipotéticas. Además, tengo mucha hambre y necesito comer. Si no me das de comer, cuando vayamos a juicio, le diré al juez que mi padre no me dio de comer. 

David miró fijamente a la niñera que 

-Llévalo a comer. 

estaba cerca: 

La derrota fue total. Oscar no había dejado de comer por enfrentarse a David, sino porque estaba muy ocupado entretenido con los juguetes y quería ignorarlo deliberadamente. David se sintió como si hubiera recibido un millón de fuertes golpes en el corazón. 

En la villa Oasis. 

Silvia informó de inmediato a Viviana de la respuesta de David: 

él 

-No te preocupes, cuando salgan los resultados de la prueba de paternidad, el liberará a Oscar. 

Silvia no tenía idea de que David, con su gran confianza, ni siquiera había considerado hacer una prueba de paternidad con el niño. 

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+15 BONUS 

Silvia, debería ser yo quien te consuele, pero ahora eres tú quien me consuela a mí. 

-No pasa nada en lo absoluto–respondió Silvia con dulzura y luego le preguntó: 

-¿Ya estás en el hotel? 

-Sí, mi padre ha sido muy cruel. Dijo que

muy cruel. Dijo que, si no aceptaba comprometerme con David, me 

dejaría para siempre. Así que mañana mismo buscaré trabajo. 

Viviana no creía que, con sus habilidades, pudiera encontrar un trabajo para mantenerse. Además, ella era una abogada contratada por la compañía de Silvia, aunque en realidad no ganaba mucho. 

Desde muy pequeña había estado acostumbrada a despilfarrar dinero, así que no tenía ningún 

ahorro. 

-Sí, en realidad creo que es bueno que David se haya llevado a Oscar de momento. 

Si él no se lo hubiera llevado, ahora los dos tendrían que vivir en un hotel. Lo más importante aún, el padre de Viviana podría descubrir que ella tenía un hijo escondido. 

Así 

es, una casualidad afortunada -respondió Viviana, bastante aliviada por haber compartido sus preocupaciones. 

Las dos amigas hablaron animadamente durante un buen rato antes de colgar. Cuando Silvia regresó a la habitación, Julio ya había salido de su estudio. 

-¿Con quién has hablado tanto tiempo?-le preguntó Julio. 

Silvia pensó que él no le hablaría al menos por el resto del día. 

-Con Viviana, sobre su hijo. 

Julio se acercó a ella. 

-Viviana vive en el barrio Hiedra, ¿verdad? 

Silvia, algo confundida contestó: 

-Sí, ¿por qué? ¿No has estado allí? 

Julio recordaba el trabajo del equipo técnico que había localizado la dirección exacta del hacker, que coincidía, sospechosamente, con la zona donde vivía Viviana. Observó fijamente a Silvia con una mirada bastante inquisitiva. 

¿Necesitas dinero? 

Si realmente necesitaba dinero, ¿por qué rechazó el acuerdo que él le había preparado? 

Si no le faltaba dinero, entonces ¿cómo era posible que esa suma saliera de la vivienda de Viviana? La familia García no debería tener ni el coraje ni la capacidad suficiente para hacerlo. 

+15 BONUS 

Silvia se sorprendió por la pregunta. 

-¿Qué quieres decir con eso? 

-Nada–respondió en ese momento Julio, ocultando sus sospechas. Había ordenado 

investigar a fondo la residencia de Viviana. No pensaba dejar ninguna piedra sin remover hasta encontrar al culpable. Content protected by Nôv/el(D)rama.Org.


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