Capítulo 228
Capítulo 0228
Los dos caminaron directo hasta un restaurante cercano para cenar.
Silvia no temía que los guardaespaldas le dijeran a Julio; ella y Luis eran completamente inocentes, entonces, ¿qué había que temer?
G
Mientras tanto, Julio ya había recibido las fotos enviadas por los guardaespaldas que la seguían. Apretaba el teléfono, incapaz de contener el feroz fuego en sus ojos. No era de extrañar que quisiera salir, resultó ser para tener una cita.
Julio se sentía realmente muy frustrado, sin saber exactamente por qué. En ese momento, recibió una llamada de Nadia. Ella, llorando de alegría, le dijo:
-Juli, hay noticias desde Arenasur. Dicen que podría despertar. 1
Julio apretó asombrado el teléfono aún más fuerte.
-Entiendo–dijo, y colgó.
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En el restaurante.
Silvia miraba los platos exquisitos, pero en realidad no tenía apetito; sentía una fuerte acidez en el estómago. No sabía muy bien si era por Julio o porque estaba embarazada. No era conveniente hacerse un chequeo en un hospital local ni comprar una prueba de embarazo por su cuenta. Tendría que esperar mejor hasta salir del país para estar más segura.
-He investigado sobre Lucas, es el hermano gemelo de Julio, pero hay muy poca información -al respecto sobre él le dijo Luis.
¿No hay nada más que decir? Por ejemplo, ¿dónde está ahora? -le preguntó Silvia.
Luis negó con la cabeza:
-No se puede averiguar en poco tiempo.
La familia Ferrer mantenía un nivel de confidencialidad sobre Lucas que superaba incluso la estricta reserva sobre la verdadera identidad de Silvia en el extranjero.
-¿Por qué quieres que lo investigue?
Silvia apretó con fuerza el tenedor:
-Siento que he cometido algún error.
Luis en ese momento no lo entendía.
-No es nada importante, de todos modos, nos vamos así que no importa.
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Cuanto más lo decía, más pensaba Luis que ese Lucas no era alguien común para ella.
Silvia con rapidez cambió de tema, contándole que había visto a Juan recientemente y lo inteligente que era.
Ella hablaba y sonreía, pero Luis sentía que no estaba muy contenta en lo absoluto.
Regresando al tema principal, Silvia ya había decidido cuándo irse:
-Planeo irme con Juan en cinco días.
-¿Por qué en cinco días?
Julio y yo hicimos un acuerdo: convivir durante un mes y luego él nos dejaría ir–se lo explicó brevemente Silvia.
-Ahora quedan solo once días, pero creo que incluso después de cumplir el mes, no nos dejará ir con tanta facilidad.
-¿Quieres engañarlo, hacerle creer que te irás en once días y en realidad marcharte antes?
Luis comprendió de inmediato su oscura intención.
-Si.
Silvia continuó:
-Además, en cinco días es la ceremonia de inicio de la nueva serie de Natalia. Si lo arruinamos. por completo, definitivamente buscará a Julio, y en ese momento, él no tendrá tiempo para
buscarnos.
Silvia pensaba que en ese preciso momento Julio iría a buscar a Natalia porque no solo “planeaba revelar la verdadera cara de Natalia, sino también hacer que Julio conociera una
verdad muy importante. Y esa verdad, era precisamente si Natalia en verdad había salvado a
Nadia.
No lo haría para que Julio se sintiera culpable o para que Nadia le devolviera el favor, sino porque no quería que alguien a quien despreciaba se llevara el crédito de un acto heroico. Después de todo, alguien como Julio, que incluso olvidó que ella le salvó la vida recibiendo una feroz puñalada en su lugar, debía tener aún más razones que solo gratitud para tratar bien a
Natalia.
Luis, que anteriormente dudaba si Silvia en realidad quería irse, ahora estaba seguro.
en serio.
De acuerdo.
Después de acordar todo, Luis llevó a Silvia de regreso. This is property © NôvelDrama.Org.
de que era
Al regresar a la villa Oasis, Silvia abrió la puerta y encontró a Julio ya en casa, sentado muy
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cómodo en el sofá, con la camisa desabrochada y una copa de whisky en la mano. Sus ojos ligeramente enrojecidos se dirigieron directo a Silvia.
-¿Te dignaste a regresar?
Silvia se acercó:
Solo cené con él. Si te molesta tanto, no tengo absolutamente nada más que decir.
Estaba a punto de subir las escaleras cuando una mano fuerte la jaló. Julio la sujetó con firmeza por la muñeca, bajando la voz:
-¿Crees que no soy capaz de asesinarlo?et