Capítulo 82
Capitulo 82: Desenmascarar la Verdadera identidad de Valentina.
-Catalo! -exclamo Valentina, sorprendida,
Su voz eta baja, pero Izan y Alonso, que estaban cerca, la oyeron.
-TOS…
-Tos…
Ambos, ligeramente sorprendidos, tosteron discretamente, cubriéndose con el puño y sonriendo
para cubrir a Valentina.
En ese momento, los ojos de Valentina solo velan una larga fila de ceros detrás del uno.
Aunque éra la heredera de Starlight Joyas, no había tomado dinero de su familia desde que se graduo.
Después de cubrir los gastos de su marido de matrimonio relámpago, su cuenta bancaria habla
estado bastante vacia.
Ahora, con la llegada de cien millones de dólares, Valentina estuvo a punto de gritar de emoción.
Al ver su expresión, Alonso la miró con una mirada aún más tierna.
-¿Va a decir algo, señorita Lancaster?
Ese comentario hizo que Valentina volviera a la realidad, dándose cuenta de que todos la estabant
mirando.
Valentina soltó una risa y levantó su teléfono.
-El dinero… es mucho, y… ¡me encanta!
Todos: ¡Cien millones de dólares! ¿A quién no le gustaría?»
-Jaja… ¡Pequeña amante del dinero!
En el jardin trasero, incluso a la distancia, Santiago también vio el brillo en los ojos de Valentina.
Ella, tan enamorada del dinero, jhabla gastado un millón de dólares para casarse con él!
Santiago recordó la imagen de ella cubriéndose el corazón al salir de la oficina de registro y no
pudo evitar sonreir.
Pero de repente, una voz severa resonó.
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-¡Valentina Lancaster!
Al escuchar, Valentina miró hacia la puerta y vlo a Noah alll parado.
Noah estaba pálido, lleno de celos.
Cien millones de dólares… ¡Valentina realmente tenia cien millones de dólares!
Aunque la familia Rodriguez había acumulado una fortuna considerable, cien millones de dólares
no era una suma menor para ellos.
Y Valentina había ganado esa suma solo con dos de sus obras.
Noah estaba conmocionado. Tras el shock, vino la envidia.
¿Qué joyas podrían valer cien millones de dólares?
Valentina debió haber obtenido esa fortuna porque el señor Mendoza todavía estaba interesado en ella.
Asi que decidió desenmascarar la verdadera identidad de Valentina, para que el señor Mendoza
no siguiera siendo engañado.
Noah miró alrededor, y aunque no vio al señor Mendoza, sabía que tenía que estar en alguna parte, observando.
En ese instante, Noah se animó aún más y, fijando su mirada en Valentina, la acusó con Ccontent © exclusive by Nô/vel(D)ra/ma.Org.
severidad.
-Valentina, ¿hasta cuándo piensas seguir engañando a todos?
Valentina frunció el ceño, confundida. ¿Engaño? ¡Este hombre venía con malas intenciones! Sin embargo, se mantenía serena y segura, sin mostrar miedo alguno.
Pero los demás presentes, al escuchar las palabras de Noah, se mostraron sorprendidos y curiosos, con miradas complejas que iban y venian entre Noah y Valentina.
-¿Qué quiere decir con eso? ¿Está diciendo que la señorita Lancaster es una estafadora?
Noah soltó una risa burlona y elevó aún más su tono.
-No se dejen engañar por su apariencia, esta mujer es una actriz de primera, una seductora nata, experta en enredarse con uno y con otro. ¡Y tengo pruebas!
Acto seguido, sacó su teléfono. En él habla una foto tomada fuera de un restaurante, mostrando a Alonso mirando tiernamente a Valentina..
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La foto circuló rápidamente entre la multitud, hasta llegar a manos de Alonso.
Valentina, al verla, frunció aún más el ceño. ¡No tenía idea de que hablan sido fotografiados ese dla en el restaurante con Alonso!
Valentina esbozó una sonrisa fria. Justo cuando iba a hablar, la voz de Alonso a su lado sono
primero.
-¿Y eso que demuestra?
Alonso, despreocupadamente, lanzó el teléfono a su asistente, mirando a Noah con desdén. Su mirada, llena de una sutil intimidación, hizo vacilar a Noah por un momento.
Después de todo, Alonso era el heredero del Grupo Valenzuela, y Noah no se atrevía a ofenderlo.
-Señor Valenzuela, Valentina intenta seducirte. No solo a ti, también ha intentado seducir a Izan y al señor Mendoza. ¡No te dejes engañar por ella!
Tanto Izan como Valentina fruncieron el ceño.
Izan pensaba: “¿Seducirlo a él? Si Valentina hubiera mostrado el más mínimo interés en él, ¡ya seria su esposa, la señora Ramos!>
Y Valentina pensaba: «¿seducir al señor Mendoza? Preferiría mantenerme lo más lejos posible de él. ¡Acusarme de seducir a otros es una cosa, pero acusarme de seducir al señor Mendoza es inaceptable!>>
Valentina e Izan estaban a punto de hablar cuando escucharon la risa baja de Alonso. Esa risa causó sorpresa en todos. Luego, Alonso miró a Valentina y dijo con calma:
-Si la señorita Lancaster tuviera el más minimo interés en mi, yo le entregaría todo mi mundo. Pero lamentablemente…