Capítulo 41
Capitulo 41: Una Noche Oscura
-¿Quién es ella? ¿Qué tiene que ver conmigo? ¿Por qué debería salvarla?
Santiago se burló con frialdad, aunque su cuerpo ya se había puesto en pie sin que se diera
cuenta.
Dylan observó esta reacción y no pudo evitar rodar los ojos; era la primera vez que veía a Santiago actuar tan contra su propia naturaleza. Entonces, Dylan, divertido, continuó burlándose
de él.
-Cuando me pediste que la investigara, pensé que te interesaba. Pero veo que me equivoqué. Si
no te gusta, entonces no tengo que preocuparme.
-¿Qué estás planeando? -preguntó Santiago.
-¿Qué más? El clásico rescate del héroe. Tal vez, incluso gane el corazón de la dama….
Dylan sonrió con coquetería y se levantó para bajar las escaleras. Pero apenas había dado un paso cuando Santiago se interpuso en su camino.
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Dicho esto, Santiago bajó rápidamente las escaleras. Pero justo cuando llegó abajo, Izan también apareció en la entrada del bar. Izan vio a Luna detrás de Valentina y gritó de inmediato.
-¡Valentina, cuidado detrás de ti!
Valentina se volvió justo a tiempo para ver a Luna agarrándola por la ropa.
-¡Valentina, muere!
Luna, con una mirada feroz, extendió sus uñas afiladas hacia el rostro de Valentina, intentando
desfigurarla. Valentina tensó su mirada, se inclinó hacia atrás y, levantando la mano, agarró la muñeca de Luna, lanzándola al suelo con un hábil movimiento de judo.
-¡Ahhh! -gritó Luna de dolor.
Valentina la sujetó, presionando su rodilla contra la espalda de Luna, en un movimiento fluido y
preciso.
-¡Ahhh… Valentina, suéltame… ahhhh! -Luna temblaba del dolor.
Valentina miró fríamente, sin piedad, agarrando el cabello de Luna.
Luna, si me atacas, estoy lista para responder. Pero si vuelves a usar a mi esposo para tu
Valentina soltó a Luna con desdén y se levantó, dirigiendo una mirada de advertencia a las otras mujeres en el reservado. Luego, miró al gerente del bar y sonrió con Ironia.
-La señorita Herrera aquí presente prometió pagar la cuenta. ¡No olviden cobrarlel
-¿lzan, cómo llegaste aquí? -preguntó Valentina sorprendida, mientras se dirigia hacla Izan en
la puerta.
-Iba pasando por aquí y te vi–respondió Izan.
Lo que Valentina no sabia era que Izan había llegado al lugar después de ver un video de ella en el Instagram de Carmen y seguir el rastro hasta allí.
Valentina e Izan salieron del bar Noche Estelar conversando y riendo. Dentro del bar, Luna yacial
en el suelo, humillada y dolorida, incapaz de levantarse. Nadie se preocupaba por ella, excepto el
gerente del bar que se acercó para pedirle que pagara la cuenta.
Las demás damas miraban hacia la puerta, donde Izan había aparecido. Todas lo reconocieron
como la leyenda del colegio: atractivo, talentoso y heredero del Grupo Ramos.
-Carmen, ¿por qué no nos dijiste que Izan había vuelto a Coralia? -preguntó una de las damas
sorprendida.
-¡Lo fui a recoger al aeropuerto yo misma! -dijo Carmen, orgullosa.
Aunque en realidad, también se había enterado recién de su regreso.
-¿Izan no te vio cuando estaba en la puerta? Parecía muy familiarizado con Valentina. ¿No será que hay algo entre ellos? ¡Ah, lo siento Carmen, solo estaba especulando!
Carmen apretó los puños con furia, dirigiendo toda su ira hacia Valentina. «¡Debe ser Valentina
quien sedujo a Izan!» pensó.
En la entrada de las escaleras, Santiago observaba cómo Valentina e Izan se alejaban. Su rostro estaba sombrío. Dylan, siempre buscando entretenimiento, comentó:
-Vaya, parece que ella e Izan se conocen bastante bien. ¡Qué interesante! Parece que alguien.
aqui tiene un rival en el amor.
Disfrutando ver a Santiago en una situación incómoda, Dylan continuó provocando.
-Es una noche oscura, perfecta para encuentros solitarios. Izan, el heredero de la familia Ramos guapo y adinerado, con buena reputación… Si yo fuera Valentina, definitivamente…
Dylan no terminó su frase, ya que Santiago salió rápidamente del bar y los siguió.