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Capítulo 261
Tomé mi bolso dispuesta a irme cuando de repente alguien sujetó mi mano.
“¿Todavía quieres divorciarte?” Preguntó Jonathan con una emoción indefinida en su mirada, incluso parecía un poco enojado.
Intenté soltarme varias veces sin éxito, Chiara tampoco lo alejó, por lo que simplemente dejé de intentarlo.
“Jonathan, ¿no era esto lo que habíamos acordado desde el principio? Tu abogado ya empezó a dividir los bienes, ¿no? Mejor firma rápido.“‘
Luego miré hacia Chiara, “Con una belleza como ella a tu lado, no hay necesidad de que te aferres a mí.” Al escucharme decir eso, su mirada bajó de mi cara a mis dedos.
“¿Dónde está el anillo de matrimonio? ¿Dónde? Sabes muy bien que ese anillo lo hice yo mismo. ¡Te lo dije una y otra vez!”
Él se levantó, me sostuvo con una mano y con la otra se cubrió la cabeza, sus ojos eran un mar teñido de rojo.
Me asustó la fuerza con la que me sujetó, como si quisiera romper mi mano.
“¿Por qué no llevas el anillo? ¿Acaso es porque Cristian volvió? Iris, he roto el acuerdo de divorcio que
imprimiste. Quiero ver cómo piensas divorciarte ahora. ¿Quieres divorciarte solo porque Cristian volvió? ¿O es que planeas ir al extranjero a buscar a tu rico heredero? Si quieres divorciarte, tendrás que
hacerlo sobre mi cadáver.”
Sus últimas palabras fueron casi un rugido.
Viendo su expresión casi demente, pensé que él realmente podría haber regresado.
“Jonathan, ¿Te acuerdas quién soy?”
Estuve a punto de decir algo cuando sentí un dolor agudo en mi mano.
Las uñas de Chiara casi perforaron mi piel, Jonathan también sintió dolor, por lo que rápidamente soltó
mi mano.
Ella me lanzó una mirada feroz y rápidamente llevó una pastilla a la boca de Jonathan.
“Jon, ¿te duele la cabeza de nuevo? Toma tu medicina, te sentirás mejor.”
“No la mires, toma tu medicina, rápido, ¡Tómala!”
Con la voz llena de súplicas, empujó a Jonathan hacia atrás.
Pero en ese momento noté algo extraño, ¿por qué siempre le estaba dando esa medicina?
Claramente recordaba que las pastillas para el dolor eran cápsulas, pero en sus manos, se convirtieron
en tabletas.
Ella había dicho que eran medicinas que Mohamed le había dado, pero ¿eso era cierto?
Recordando que Diego había dicho que el cerebro de Jonathan no parecía estar tan gravemente dañado, de repente sentí que algo no cuadraba.
“Chiara, ¿Qué le estás dando?”
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Justo cuando estuve a punto de acercarme, ella le metió la pastilla en la boca a Jonathan y lo empujó con fuerza.
¡Bang!
Jonathan cayó al suelo.
“Jon, ¡Jon!”
Chiara lo sacudió como loca, y los sirvientes fueron a ayudar rápidamente.
Jonathan se había desmayado, y su rostro estaba anormalmente rojo.
“¡Al hospital! ¡Qué están esperando!” Exclamó Mohamed desesperado, golpeando su bastón. Solo entonces, varías personas se acercaron y lograron llevar a Jonathan al auto.
Justo cuando iba a seguirlos, Chiara me empujó con fuerza.
En ese momento, parecía completamente loca, y mirándome con los ojos rojos de ira, comenzó a gritar, diciendo, “Todo es por tu culpa, Iris, ¡bruja! No me sigas, o no responderé por mis actos.”
Ella me empujó tan fuerte que retrocedí varios pasos, por suerte, Alejandro me atrapó.
“Iris, te llevaré a casa, deja que ellos vayan al hospital. No te preocupes, el mayordomo y los demás están allí, no pasará nada.”
Chiara, temerosa de que la siguiera, cerró rápidamente la puerta del auto.
Mirando cómo el vehículo se alejaba, finalmente segu a Alejandro al auto.
“Iris, no te preocupes, te avisaré si pasa algo. Será mejor que por ahora no te metas con esa mujer, podría estar realmente loca.”
En ese momento miré por la ventana en silencio, apretando en mi mano las pastillas que había recogido del suelo.